Anika entre libros

Altamira. Historia de una polémica

Ficha realizada por: Pilar López Bernués
Altamira. Historia de una polémica

Título: Altamira. Historia de una polémica
Título Original: (Altamira. Historia de una polémica, 2015)
Autor: José Calvo Poyato
Editorial: Stella Maris


Copyright:

© José Calvo Poyato, 2015

© Editorial Stella Maris, S. L., 2015

Ilustraciones: Color y B/N
Edición: 1ª Edición: Octubre 2015
ISBN: 9788416541225
Tapa: Dura
Etiquetas: arte ensayo literatura española pintura prehistoria crónica paleolítico pinturas rupestres Altamira fósiles
Nº de páginas: 221

Argumento:

El doctor en Historia José Calvo Poyato narra en este ensayo las vicisitudes en torno a la cueva de Altamira cuando su descubrimiento se hizo público.

Para ello, el autor hace una breve exposición histórica que conduce a los lectores al momento en que Marcelino Sanz de Sautuola descubrió las extraordinarias pinturas rupestres y cómo en la sociedad del siglo XIX fueron ignoradas, tildadas de fraude y menospreciadas durante casi un cuarto de siglo.

El ensayo se complementa con fotografías, cronología, bibliografía e índice onomástico.

 

Opinión:

 

A la cueva de Altamira se la ha etiquetado como "La Capilla Sixtina del arte rupestre" por la calidad de las pinturas, sus trazos firmes, los detalles de los dibujos, el colorido y el aprovechamiento por parte del autor o autores de salientes y concavidades con objeto de acentuar la sensación de forma y espacio de los motivos... Y justamente la belleza de esos trazos y su perfección jugaron en contra de Altamira.

La Prehistoria, como tal, es relativamente reciente, así como su estudio universitario. Nos explica el autor que la antigüedad del hombre en la Tierra no se databa más que en unos seis mil años. En Europa, se aceptaba como verdad absoluta la creación bíblica referida en el Génesis y, por tanto, cualquier descubrimiento que rompiera esa certeza se persiguió e ignoró durantre siglos.

También nos explica José Calvo Poyato que la búsqueda de restos prehistóricos, su análisis y recolección partió de aficionados, de personas que sentían curiosidad y ocupaban parte de su tiempo buscando fósiles y piezas antiguas.

Poco a poco, ante los hallazgos de objetos antiquísimos, acompañados de restos óseos y utillajes, aparició finalmente una corriente evolucionista y otra creacionista. La primera aceptaba la teoría de la evolución de las especies y la segunda, capitaneada por el clero, no se salía de los textos bíblicos, y ante cada descubrimiento nuevo hacía auténticos "encajes de bolillos" para hacerlo coincidir con sus creencias.

Con semejante panorama, es fácil entender las dificultades de Mariano Sanz de Sautuola y del profesor Juan Vilanova Piera, entre otros, para mostrar al mundo el impactante descubrimiento de unas pinturas, junto a restos fósiles y útiles que se databan en la época del Paleolítico. La perfección de los dibujos se tachó de "imposible" para el poco evolucionado hombre que supuestamente los pintó. Los evolucionistas se negaban a admitir que un "humanoide" primitivo poseyera la capacidad de pintar con tanta precisión; y los creacionistas, ante la evidencia de que existían restos y utillajes datados en épocas muy lejanas y que solo podían ser obra del hombre, empezaron a inventar un Diluvio Universal tras otro...

El autor, explica en este ensayo la situación social del momento, nos traslada a la Conferencia de Lisboa, donde Altamira, y lo que pretendía ser un descubrimiento importante, pasó desapercibido, vapuleado, ignorado y atacado.

Algunos intelectuales de la época tacharon de fraude las pinturas sin verlas; otros sí las tuvieron en cuenta, pero sus voces no fueron escuchadas.

Tuvo que pasar casi un cuarto de siglo, y tuvieron que aparecer en Europa pinturas parecidas, de épocas semejantes, para que los ojos volvieran atrás y Altamira, sin duda la más impactante de las creaciones pictóricas descubiertas, ocupara el sitio que merece. Desafortunadamente, ni el descubridor de "La Capilla Sixtina del arte rupestre", Marcelino Sanz de Sautuola, ni el catedrático Juan Vilanova Piera, pudieron presenciar ese momento; ni conocer las disculpas del maestro de la Prehistoria francesa, Cartaulhac, que fue uno de los más críticos y, finalmente, tuvo que rectificar.

El ensayo que me ha parecido muy interesante, fácil de leer y bastante enriquecedor. Y hay datos que personalmente yo no conocía, como que los museos, tal y como los entendemos, son muy recientes. En su origen, personas de mucho dinero crearon lo que se denominaba "Gabinete de curiosidades", pequeñas colecciones de restos antiguos, piedras, joyas, animales, plantas... que solían comprar por capricho y, muy especialmente, para dejar patente su estatus social. 

En definitiva, el libro es asequible, atractivo... Personalmente, lo he encontrado algo reiterativo en algunos momentos, pero admito que la Historia no es mi fuerte... Lo que sí es cierto es que en pocas páginas el ensayo transmite mucha información, algunas curiosidades, capta la atención y hace de la lectura un ejercicio muy agradable.

Pilar López Bernués

 

 

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