almanak 2064

Opinión:

A modo de anotaciones, la poesía salvaje de Rodolfo Franco va ocupando fechas que aún no se han cumplido en Almanak. No sólo sus obras leeremos, también conoceremos a quién las dedica –pues todas ellas llevan un nombre- o alguna frase ajena, como la de Alejandro Jodorowsky, a modo introductorio, pero sobre todo comprobaremos que ha primado mucho más la creatividad que otra cosa: se amontonan las ideas, apabullan los métodos, nos seduce de forma visual y se tiene la impresión de formar parte de un cóctel de ideas cocinadas en una mente tremendamente inquieta.
 
Poesía y grafismo se reúnen en este almanaque editado con la calidad de los que deben estar entre los buenos estantes, aquellos que de lejos llaman a su consulta. Artesanía. Tapa dura revestida, cinta de raso como motivo separador y páginas fuertes en un volumen con título dorado y en relieve.
 
Màrius Serra, amante de los juegos de palabras, nos habla en su prólogo de las quimeras verbales de Rodolfo Franco, de su metapoesía, y nos sugiere cómo enfocar su lectura y abordarla, cómo dejarse llevar por ella.
 
Benito del Pliego se encarga del epílogo.
 
Un libro para desconcertar y maravillar, posiblemente a partes iguales.
 
Anika Lillo