Algún día, hoy

Opinión:

La literatura sudamericana es muy rica en voces femeninas: Gioconda Belli, Isabel Allende, Marcela Serrano o Laura Esquivel son algunos ejemplos a los que hay que añadir, sin duda alguna, el de Ángela Becerra.

La autora colombiana no es una desconocida, en España ha publicado ya varias novelas siendo una de las más famosas la que publicó en 2009, "Ella, que todo lo tuvo", novela con la que ganó el Premio Iberoamericano de Narrativa. Diez años después, ha vuelto a ganar otro, el Premio de Novela Fernado Lara, con la biografía novelada titulada "Algún día, hoy".

Personalmente, me ha parecido una novela buenísima. Es larga, casi 900 páginas, pero se hace muy corta debido a que logra captar tu atención desde el primer momento. Es una de esas novelas que meten al lector de lleno en la trama haciendo que, como les ocurre a los personajes, sienta en su propia piel lo que ellos están viviendo, sintiendo. "Algún día, hoy" es una novela viva y, esto, se aprecia en cada página. También es una biografía novelada.

Lo que nos narra Ángela Becerra está basado en hechos reales. Recoge una parte muy importante de la Historia de Colombia de principios del siglo XX. Su protagonista es Betsabé Espinal, una mujer clave en la historia colombiana. En 1920 protagonizó, con tan sólo 20 años, la primera huelga feminista no sólo del país sudamericano, sino del mundo. Esto ya nos da una pista de lo atractivo que es el personaje. La vida de Betsabé Espinal no fue fácil.

Fue hija de madre soltera que, además, dio a luz sola en medio del bosque. Cuando Betsabé nació, su madre pensó que estaba muerta sin embargo, la niña logró sobrevivir. Creo que este echo marcó mucho su carácter. Desde pequeña, fue una luchadora, una superviviente. También, fue una persona muy marcada por el destino. Éste quiso que su madre entrase a trabajar como nodriza en casa de una de las familias más ricas de Medellín: los Mejía Echavarría que eran padres de 8 niñas, todas ellas con nombres que empiezan por C, la más pequeña, Capitolina, va a ser a quien amamante la madre de Betsabé. Un acto que traerá consigo que, ambas, no sólo estén unidas, sino que sean inseparables. Capitolina y Betsabé comparten infancia. Para la hija de los Mejía Echavarría, Betsabé es más que una hermana y una de las pocas personas que le quiere y se lo demuestra.

Capitolina da mucha pena. Es coja de nacimiento y, desde siempre, su madre la ha rechazado. Tan sólo su padre le muestra afecto. Esta falta de cariño pesa en su carácter. Es más retraída que Betsabé. Me ha parecido más débil y desvalida. Es un personaje por el que no puedes evitar sentir cierta tristeza y muestra que, el ser rico no te garantiza ser feliz. Capitolina sólo es feliz cuando está con Betsabé por eso cuando las separan se siente morir. Ella va a llevar una vida muy distinta a la de su amiga. Acabará en un convento sin que nadie de su familia, además, lo sepa. Todos la dan por muerta.

La amistad entre ambas es uno de los temas de la novela pero hay más. No debemos olvidar la parte histórica representada en la lucha obrera llevada a cabo por Betsabé. Esta trama histórica me ha parecido muy interesante debido a que nos permite conocer la Historia de Colombia, cuál era la situación en el país a principios del siglo XX y, como se ve en la novela, no dista mucho de lo que ocurría en Europa. En las ciudades como Medellín, encontramos estas clases sociales marcadas: la rica burguesía y los obreros. Los Mejía Echavarría representan a los primeros. Ángela Becerra describe minuciosamente el ambiente que se respiraba. Es muy detallista. Muestra esta parte colombiana pero, también, la europea, más concretamente la francesa puesto que, Francia, tiene su protagonismo. Allí vive Emmanuel, su padre es muy amigo del padre de Capitolina y lo manda a Colombia. Emmanuel se enamorará de Betsabé. Un amor que se verá truncado cuando él tenga que regresar a Francia, debido a un problema familiar, y estalle la Gran Guerra.

He hablado de Capitolina, Betsabé y Emmanuel. Ellos son los personajes principales pero no los únicos. "Algún día, hoy" es rica en personajes. Todos ellos están perfectamente desarrollados. Todos muestran una personalidad que llama la atención. Ángela Becerraes una autora que cuida a sus personajes. Es consciente de la importancia que tienen no sólo para que la historia sea creíble, sino para que tenga calidad. Su estilo narrativo es muy elegante. Ella ha dividido la novela en cinco partes, cada una de ellas enumera los capítulos de forma independiente. Paralelo al texto, va intercalando un diario que escribe Betsabé, palabras que permiten al lector conocerla más. Este diario muestra tanto sus sentimientos, hacia Capitolina y hacia Emmanuel, así como sus ideas políticas y revolucionarias. Ella se compromete con la lucha obrera y feminista. En estos diarios, muestra su opinión sobre la situación de las mujeres. Para mí, son de lo mejor de la novela.

"Algún día, hoy" es una novela de alta calidad. En ningún momento llega a aburrir, todo lo contrario. A medida que vamos avanzando, la historia va volviéndose más interesante. A mí me ha gustado muchísimo, por eso os la recomiendo.

Ysabel M.