Alfred Hitchcock, el enemigo de las rubias

Opinión:

Tras un clarificador resumen de la vida "laboral" de Hitchcock (incluidas filias y fobias) que también descubre lo que veremos en estas páginas, escrito por Esperanza García Claver, comienza el espectáculo del asturiano Abraham Menéndez que firma como Abe The Ape.

Por estas páginas desfilan las chicas de Hitchcock listadas al inicio por si quieres ir directas a ella y ahí te indica la página. Están alfabéticamente: Barbara Bel Geddes, Carol Lombard, Doris Day, Eva Marie Saint, Grace Kelly, Ingrid Bergman, Janet Leigh, Joan Fontaine, Kim Novak, Madeleine Carroll, Marlene Dietrich, Tallulah Bankhead, Tippi Hedren, Vera Miles, y las incluidas en "La pandilla" Alma Reville y Edith Head.

Hombres aparecen menos (lógicamente, este libro va sobre las chicas del orondo cineasta) al menos de forma individual porque sí están presentes en todas las películas. En el libro sale, además, parte de su filmografía, cómo se dio a conocer en Francia y sus influencias así como aquellos que se han sentido influidos a la hora de hacer sus propias pelis.

Abe The Ape hace unas descripciones con las que estoy totalmente de acuerdo cuando habla del cínico, machista, gordo, reprimido (de hecho yo siempre he pesando que su misoginia viene de ahí, de ese fastidio que le debió suponer querer disfrutar de todas esas bellezas y no poder), fetichista, cínico, imperturbable y por supuesto, genio. Diría que también ególatra o vanidoso, porque sus cameos en sus propias películas muestran las ganas de dejar ver quién es el genio que se escondía tras los filmes. O quizá solo quisiera divertirse, después de todo. Stephen King hace lo mismo desde sus inicios (aparecer películas en las que se basan sus libros, y M. Night Shyamalan pasó del cameo a quasi protagonismo).

El autor -escritor e ilustrador- tiene un punto confidente en su narrativa, lo que lo hace más gracioso, aunque sería mejor decir que es un tipo divertido. Leerle es pasárselo bien, honestamente. Y sus ilustraciones personalmente me parecen maravillosas, acertadas, claras… Mirad que no utiliza un estilo puramente realista y sin embargo reconoces los rostros y, de forma diáfana, los gestos faciales, por lo que igual vemos altivez en el cineasta, seducción en la Dietrich, fotogenia en la Novak, alegre, candorosa e inocente Doris Day, y hasta cierta inocencia también en la Bergman (la verdad es que leí la autobiografía de Ingrid Bergman y algo inocente sí era teniendo en cuenta el mundo en el que se movía)… estos son algunos de los muchos ejemplos que visualizas a lo largo del libro.

Cada estrella tiene su biografía resumida en tres páginas. La tipografía, clara, es además de tamaño grande, así que no es un tostón sino un libro ligero de leer. Las frases de Abe The Ape, como dije, son muy cercanas y atinadas, pero me gustaría insistir en que lo clava, en serio.

También hay curiosidades que yo, personalmente, desconocía, como que fuera su esposa, Alma Reville, quien insistiera en que se pusiera música a la escena de la ducha de "Psicosis", y vaya si logró lo que todo el mundo le atribuyó como genialidad a su esposo… Me gusta que haya salido esto a la luz en este libro (también era avispada a la hora de ver gazapos). Aplaudo que George Bernard Shaw también le diera su sitio en un momento dado porque la señora era tan genia como su marido. Alma Reville forma parte de la pandilla, esos que dieron momentos de gloria a la filmografía de Hitchcock, como Edith Head (me encanta cuando dice "bendito arribismo", qué punto), el director de fotografía Robert Burks, el diseñador gráfico Saul Bass, y el músico Bernard Herrmann. Todos ellos tienen también su espacio, como las rubias de Hitchcock.

Las películas están compuestas de texto -insisto, poco y letra grande, resume muy bien lo que quiere decir- e ilustración, y de alguna forma se ve la evolución y en alguna que otra, las filias y fobias del director de cine. Por poner un ejemplo Abe The Ape hace alusión a la ausencia de rubias -todas las mujeres son morenas y llevan horrendas gafas- y, según el artista, en "Extraños en un tren", en la cabeza del cineasta merecen morir. La verdad es que me he reído mucho con el texto.

El libro finaliza con la bibliografía consultada.

Ideal para fans del autor, del cineasta, de sus pelis y sus rubias, también para regalar a quien quiera sonreír leyendo. Ilustrado a color, encuadernado en tapa dura y con sobrecubierta. Si se la quitas y miras el libro lo flipas: imagen y letras plateadas sobre rojo. Un puntazo. Y la propia tapa con sobrecubierta si la quitas y la extiendes, otro puntazo: una ilustración maravillosa de Tippi Heddren acompañada de un pájaro negro.

Por cierto, me encanta cómo finaliza el epílogo, me ha arrancado otra sonrisa.

La verdad es que es un libro súper disfrutable, no solo de forma visual porque los chascarrillos de Abe The Ape le dan valor al alza. Al menos a gente como a mí que disfruta sonriendo cuando lee. Lunwerg hace cada libro para quitarse el sombrero… ¡Súper recomendado!

Anika Lillo