Anika entre libros

adolphe

Ficha realizada por: Joseph B Macgregor

Título: adolphe
Título Original: (adolphe)
Autor: Benjamin Constant
Editorial: Acantilado


Copyright:

Colección Narrativa del Acantilado

ISBN: No definido
Etiquetas:

Argumento:

El joven Adolphe se define a sí mismo como un hombre tímido e introvertido, y encuentra en la provocación y la ironía sus únicas armas de defensa contra una sociedad que considera mediocre y aburrida. Un amigo le hace partícipe de su felicidad al ser correspondido en su amor por una dama y éste se hace consciente de que nunca ha sentido amor por una mujer. Deseoso de experimentar los mismos sentimientos que el joven enamorado, Adolphe hace objeto de sus galanteos a Mme. Staël, una aristócrata polaca que huye de su país completamente arruinada, y que accede a convertirse en la mantenida de un conde para poder sobrevivir. Ellénore, que así se llama la mujer, se enamora de él y en un principio el joven se siente muy feliz, pero pronto se da cuenta de que sus sentimientos por ella son más ilusorios que reales. Pero por temor a hacerla daño, ya que Ellénore se siente profundamente enamorada de Adolphe, éste se enreda en una espiral de mentiras piadosas y culpabilidad, de la que le resulta cada vez más difícil escapar.

Opinión:

Desde un principio, Benjamín Constant no informa en el prólogo de las intenciones moralizantes de su novela. El autor aboga por establecer relaciones sentimentales desde la sinceridad y llamando a cada cosa por su nombre; en ese sentido le repugna el galanteador que por divertirse o por frivolidad juega con los sentimientos de otra persona. Sin embargo, pienso que sus objetivos no están del todo logrados ya que en ningún momento, Adolphe, el protagonista de su historia, aparece como un malvado, sino más bien como un hombre que se engaña a sí mismo, con una enorme dificultad para relacionarse con los demás de manera satisfactoria, un tanto inseguro y torpe a la hora de resolver sus conflictos. Desde un principio, se nos muestra como un individuo extraño, distinto al resto (al menos, él se considera así), con problemas de integración en una sociedad que siente como superficial y aburrida. Pero el gran defecto de Adolphe es su enorme egocentrismo, que le impide ponerse en el lugar del otro, tener empatía.

Una cosa está clara: Constant nos da suficientes datos para que conozcamos a su personaje, nos permite entenderlo y que hasta cierto punto sintamos lástima por él, sobre todo por su incapacidad para afrontar un conflicto y resolverlo eficazmente, lo que lo convierte en un ser universal, tremendamente humano. Por ejemplo, adivinamos que en la formación de su carácter tímido e introvertido parece ejercer una papel importante su padre, del que hace constante referencia cada vez que opina sobre un tema que le preocupa. Para escapar de su tristeza y sobre todo para "ser como los demás", Adolphe se inventa el amor, con resultados catastróficos tanto para él como la joven implicada.

Eliéonore aparece como víctima de la gran mentira tejida por éste más por torpeza que por maldad. A veces, se nos muestra como una mu­jer demasiado obsesionada por su pasión. Y en cierto modo, algunas de las reacciones o decisiones equivocadas de éste tienen su origen en una actitud en exceso posesiva de la dama, que se apoya demasiado en la fi­gura de su amante. Eliéonore sufre de una dependencia atroz por su amado que resulta más destructiva para ella que las falsas promesas de amor. Esta actitud por parte de la dama frena, en más de una ocasión, los intentos de sincerarse con ella por parte de Adolphe.

Pero no nos engañemos, al amante le falta arrojo, valentía, decisión para resolver su problema y dar fin a una relación en la que no cree y que mantiene viva sólo por lástima. Tampoco conviene que racionalicemos en exceso la actitud de Eliéonore; ella es la que sufre y sobre todo ella es la que ama, y su amor por Adolphe es tan grande que sería injusto enjuiciar sus reaccio­nes con demasiada severidad. Ella no tiene la culpa de quererlo tanto, y también es cierto que la actitud de Adolphe crea en la dama una gran in­seguridad, origen de todos sus conflictos y de sus modos de actuar.

El estilo de Benjamín Constant resulta de lo más ameno, nada barroco y en todo momento eficaz, así como el dibujo de los personajes que es excelente. Es muy interesante como va evolucionando la narración de la historia: lo que en principio parece una novela de amor, romántica al cien por cien, se va transformando en una tragedia terrible y claustrofóbica, que mantiene al lector totalmente enganchando, pendiente de hacia donde va a llevarle todo esto. Una novela excelente y absolutamente inolvidable.

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