40 miradas sobre el libro y su futuro

Opinión:

Cuenta Rogelio Blanco en el prólogo al libro que la idea del libro surge como un homenaje a José María Gutiérrez de la Torre, editor cuyo segundo apellido da nombre a la editorial del volumen que tenemos entre manos. Transcurridos cuarenta años de recorrido editorial (la casa se funda en 1976, año vital en la historia de España), algunos de lo más cercanos a la figura del editor pensaron en hacer algún tipo de revisión de lo que había cambiado en el universro lector todo ese tiempo, e incluso aventurar qué podría aguardarnos en los próximos años. Así nace la idea madre del libro: reunir a cuarenta intelectuales y pedirles que presten unas palabras al sugerente título de "40 miradas sobre el libro y su futuro".

El libro sufre del resultado habitual en este tipo de empresas, que es la heterogenidad. De los cuarenta textos que en él se incluyen, hay un interés desigual en unos y otros. Todos mantienen un estándar digno, eso sí, pero algunos no avanzan más allá de la idea lógica de que la lectura es una actividad tan deliciosa como alimenticia o se pierden en testimonios muy personales no siempre exportables.También hay piezas muy bellas, que podrían ser el prólogo de cualquier buen club de lectura.

Muchos de ellos constituyen un mero ejercicio de amor a los libros, o de recuerdos de los libros que forjaron el carácter propio (Antonio Cánovas del Castillo, "Nuestros amigos los libros", Félix García Moriyón, "Elogio de la lectura, elogio del libro") y otros se atreven a abrir una ventana a ese futuro que se anuncia desde el título: (Miguel Calatayud, "Libros y FX, Jesús Ayuso "Manifiesto en favor del libro"). También hay artículos que abordan experiencias o intereses personales muy concretos: (Josefina Betancor, "Memoria de una editora. Taller ediciones JB", Juan Armindo Hernández, "La iconografía del Ateneo de Madrid".

No le hubiera venido mal al libro una labor de edición más férrea, o unas directrices textuales muy claras, para que el resultado no fuera tan dispar y no pareciese un producto Frankenstein en el que cada artículo parece provenir de un universo distinto. Pero ello no evita que los artículos más acertados puedan disfrutarse como testimonio profesional y cultivado de la labor que nos une y apasiona: esa lectura incombustible que no queremos cesar de celebrar.

Rafael Ruiz Pleguezuelos