¿Qué pinto yo aquí?

Opinión:

"¿Qué pinto yo aquí?" es una historia romántica, pero sobre todo es una historia sobre el duelo y la pérdida, y sobre cómo la protagonista y su familia van superando poco a poco esa pérdida y rehaciendo sus vidas. En ese sentido, el título original, que era "Tortitas para cenar", me parece mucho más apropiado (y también más apropiado a nivel comercial) porque una vez leído el libro tiene mayor carga de significado.

La novela ganó el I Concurso literario Mil Palabras & + Woman, lo que no es de extrañar, dado que no es un romance típico, sino que se cuece a fuego lento y está en segundo plano, siendo el primero la evolución sentimental de la protagonista desde el pozo en el que se encuentra por la depresión hasta que, poco a poco, va asomando la cabeza al mundo y a la realidad. Que hable sobre un tema duro no significa que sea un drama constante, hay de todo y encuentras también escenas divertidas.

Aparte de la evolución de Julia, es muy importante su relación con su sobrina, con su cuñado, con sus amigos y con sus padres, siendo la madre un personaje horrible y falto de empatía que genera malos rollos. Ella y otro personaje egocéntrico son el contrapunto a los demás, con los que resulta fácil encariñarse y empatizar. A todo esto, Piolín, el coche de Julia, es casi como un personaje más, muy importante para la trama.

Debo apuntar que la edición no está todo lo cuidada que debería. En alguna ocasión, encontré lío de nombres y diálogos cruzados en los que se está hablando de algo y aparece una frase sin sentido que me descolocaba porque pertenecía a otra escena, como si se hubieran cortado diálogos y reposicionado a lo largo de la novela, aunque por suerte no es muy abundante. Por lo demás, es una historia corta y muy disfrutable que merece la pena.

Déborah F. Muñoz