Anika entre libros

Ray Bradbury. Cuentos

Ficha realizada por: Violeta Lila
Ray Bradbury. Cuentos

Título: Ray Bradbury. Cuentos
Título Original: (Ray Bradbury, Cuentos, 2025)
Autores: Ray Bradbury, Arturo Garrido
Editorial: Páginas de Espuma
Colección: Voces / Literatura


Copyright:

© De la edición: Paul Viejo, 2025
© De la traducción: Ce Santiago, 2025
© Del prólogo: Laura Fernández, 2025
© De las ilustraciones de interior, en el estilo de Ray Bradbury, y de la cubierta: Arturo Garrido, 2025
© De los cuentos: Ray Bradbury Literary Works LLC
© De esta portada, maqueta y edición: Editorial Páginas de Espuma, S. L., 2025

Traducción: Ce Santiago
Ilustraciones: B/N
Edición: 1ª Edición: Octubre 2025
ISBN: 9788483933732
Tapa: Dura
Etiquetas: antología ciencia ficción clásicos cuentos fábula fantasía libro para regalar libros ilustrados literatura estadounidense monstruos recopilatorio de autor terror recopilación alegorías
Nº de páginas: 1344

Argumento:

Mucho más que un autor de ciencia ficción, Ray Bradbury (1920-2012) es uno de los grandes narradores del siglo XX. Maestro absoluto del relato, su obra ha influido en generaciones de escritores y cineastas. Esta edición -la más completa publicada en castellano, preparada por Paul Viejo y traducida por Ce Santiago- reúne desde sus cuentos más representativos, los clásicos de Crónicas marcianas o El hombre ilustrado, entre otros, hasta joyas menos frecuentadas o versiones nunca antes traducidas de algunos títulos, para trazar una imagen total.

Organizado cronológicamente, este volumen con más de un centenar de cuentos permite seguir la evolución estilística y temática de un creador inimitable que escribió sobre Marte como si hablara de la Tierra, sobre el futuro para explorar la memoria, sobre los veranos interminables de la infancia y sobre casas que piensan, sobre el miedo sin recurrir al sobresalto y también sobre máquinas que aman y sueñan. La literatura de Ray Bradbury -lírica, hipnótica, pero, sobre todo, inconfundible-, a medio camino entre la fábula, lo fantástico, la alegoría, el suspense y la melancolía, desafía los géneros y atraviesa generaciones de lectores.

Un volumen ineludible. Una constelación abierta. Mucho más que un autor de ciencia ficción. Todo un clásico.

 

Opinión:

 

Hay libros que llegan para ocupar un lugar de referencia, obras que no solo reúnen textos, sino que reordenan el canon y nos invitan a leer con una mirada nueva. "Ray Bradbury. Cuentos", publicado por Páginas de Espuma, pertenece a esa categoría de volúmenes monumentales y necesarios. Su propósito no es menor: devolver a Ray Bradbury (1920-2012) el lugar que le corresponde como uno de los grandes narradores del siglo XX, más allá de etiquetas o fronteras genéricas.

El libro, con más de mil páginas, en tapa dura, cinta marcapáginas y unas guardas ilustradas que evocan mapas estelares, es una joya editorial en sí misma. Pero su valor va mucho más allá del objeto: la edición, cuidadosamente preparada por Paul Viejo, ofrece una selección cronológica que permite seguir la evolución literaria, estilística y emocional de Bradbury desde sus primeros experimentos en revistas pulp hasta la madurez de su voz más lírica y humana. A ello se suma una nueva traducción de Ce Santiago, fresca, musical y precisa, y un prólogo vibrante de Laura Fernández, que celebra la literatura bradburiana como un acto de libertad y descubrimiento personal.

Pero, amigo lector, esta edición rescata no solo la fuerza poética del texto, sino también la faceta más desconocida y entrañable del autor: la del dibujante.

Lejos de ser meros adornos, los dibujos de Bradbury funcionan como pequeñas ventanas al mismo universo emocional que anima sus cuentos. En ellos hay humor, extrañeza y una ternura casi infantil que contrasta con el trasfondo melancólico de la obra. Las líneas, trazadas con aparente descuido pero con una expresividad inmediata, evocan criaturas marcianas, fantasmas, humanos desgarbados o híbridos que parecen emerger directamente del subconsciente del escritor.

Encontraréis la ilustración de un personaje de grandes ojos y sombrero, con una pipa humeante. También la de un pez grotesco con dientes afilados y aletas desbordantes. Hallaréis la de una criatura alada con tridente, entre demoníaca y risueña, esa mezcla de lo macabro y lo lúdico tan característica de Bradbury.

Estas ilustraciones, de trazo libre y humor surrealista, condensan el espíritu de su narrativa: una fusión entre la inocencia del niño y la visión cósmica del poeta. Cada dibujo parece hecho de la misma materia que sus historias: nostalgia, asombro, ironía y fuego interior, y convierte el libro en un objeto total, donde palabra e imagen se responden mutuamente.

Sin ninguna duda, para mí la editorial acierta al devolvernos a Bradbury como un creador integral: un artesano de mundos que no solo los escribió, sino que también los soñó con lápiz en mano. Este volumen no solo se lee: se mira, se habita y se recuerda, como un cuaderno íntimo de exploraciones marcianas.

Desde los primeros cuentos, el lector se enfrenta a la revelación del joven Bradbury que aún escribía con la sombra de sus maestros Poe, Wells, Burroughs a la espalda. En textos tempranos como El lago, que él mismo consideraba su primer gran relato, se percibe ya esa mezcla de emoción pura y melancolía que sería su sello. "Escribí El lago recordaba con lágrimas en los ojos y el pelo erizado. Porque por fin había escrito algo bueno". En ese cuento, un hombre regresa al lugar donde, de niño, perdió a una amiga ahogada, y lo que encuentra no es solo la memoria del pasado, sino una aparición imposible. Lo sobrenatural se funde con lo emocional, y el resultado es uno de los textos más conmovedores del autor.

Este volumen incluye los grandes clásicos de Crónicas marcianas y El hombre ilustrado, esas piezas que dieron forma al imaginario colectivo de la ciencia ficción poética. En Vendrán lluvias suaves, por ejemplo, una casa automática continúa con su rutina doméstica mientras, afuera, la humanidad ha desaparecido tras una guerra nuclear. Es un relato de una belleza devastadora, una parábola sobre la fragilidad del progreso y la persistencia mecánica de lo inhumano. En El peatón, otro de sus relatos proféticos, un hombre es arrestado por el simple acto de caminar por la noche, en una sociedad donde todos permanecen hipnotizados por las pantallas: una advertencia premonitoria que hoy resulta escalofriantemente vigente.

Junto a estos títulos emblemáticos, esta edición aporta rarezas, versiones nunca antes traducidas y relatos inéditos en castellano, verdaderos hallazgos que completan la figura de Bradbury. Entre ellos destacan piezas menos conocidas, como El sonido del trueno, donde un viaje en el tiempo altera el curso de la historia con el aplastamiento de una mariposa prehistórica; o El emisario, esa fábula sombría sobre un perro que lleva mensajes entre los vivos y los muertos. En La ciudad, por su parte, una urbe entera espera durante siglos el regreso de los hombres para vengarse, como si la arquitectura misma se hubiera impregnado de resentimiento.

Pero lo que hace de esta colección un acontecimiento literario no es solo la amplitud de su contenido, sino la coherencia invisible que une los relatos. Bradbury escribió sobre Marte para hablar de la Tierra, sobre el futuro para entender el pasado, sobre las máquinas para explorar los sentimientos humanos. Sus historias están pobladas de niños que descubren la muerte bajo el sol del verano, de ancianos que se enfrentan a sus propios fantasmas, de casas que piensan, de robots que aman, de cohetes que viajan hacia lo desconocido pero siempre regresan al corazón.

Laura Fernández, en su prólogo, rescata una idea esencial: Bradbury escribió siempre "a la velocidad de la verdad". Es decir, sin cálculo, sin máscara, dejando que la emoción dictara el ritmo. Esa energía vital impregna cada una de sus páginas. No hay artificio en su estilo, sino una prosa lírica que fluye entre la fábula y el poema. "En la rapidez está la verdad, decía él mismo. Con la demora llega el esfuerzo por el estilo". En esa búsqueda está la clave de su genialidad: escribir como si cada frase fuera un descubrimiento.

Esa inmediatez explica por qué sus cuentos, incluso los más fantásticos, nos resultan tan cercanos. El verano del adiós, La pradera o El cohete, incluidos también en esta antología, son relatos que nos devuelven al asombro infantil y al miedo primordial, a la nostalgia por un mundo que ya no existe, a la posibilidad de que la ternura y el horror coexistan en un mismo gesto. En Bradbury, lo cotidiano puede volverse extraordinario con una sola palabra, y lo cósmico puede reducirse al temblor de una emoción humana.

Páginas de Espuma, fiel a su compromiso con la narrativa breve, ha convertido este volumen en un acontecimiento editorial. La edición de Paul Viejo no solo ordena, sino que ilumina: permite leer a Bradbury como lo que siempre fue, un autor de continuidad y ruptura, un artesano de lo fantástico que se movía entre el realismo poético y el sueño visionario. Y la traducción de Ce Santiago brilla por su equilibrio entre respeto y recreación: conserva el pulso poético del inglés original, sin perder la calidez ni el ritmo natural del español.

El resultado es un libro que puede leerse como un archivo del alma bradburiana. En sus páginas se cruzan la ciencia ficción, la fábula moral, el cuento de terror y la elegía doméstica; todos esos registros confluyen en una voz única, la del niño que soñaba con Marte y terminó hablándonos del amor, la pérdida y la esperanza.

Al final, "Ray Bradbury. Cuentos", no es solo una antología: es una cartografía del asombro. Una invitación a redescubrir a un escritor que enseñó a generaciones enteras que lo fantástico no es evasión, sino una manera más profunda de mirar la realidad. Leer a Bradbury es viajar sin moverse, es volver a sentir la primera vez que miramos el cielo y nos preguntamos si alguien más nos estaría mirando.

Mucho más que un autor de ciencia ficción, Bradbury fue y sigue siendo un poeta del porvenir, un cronista de lo imposible. Este libro, que recoge lo mejor y lo más secreto de su obra, es la prueba definitiva de que su literatura sigue viva, orbitando entre nosotros.

Una edición imprescindible.

Una constelación abierta.

Un clásico que vuelve a brillar con nueva luz, como si el mismísimo Bradbury hubiese encendido otra vez, desde el cielo, sus hogueras de papel.

 

Violeta Lila

 

 

 

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