Anika entre libros

Del cielo azul

Ficha realizada por: Violeta Lila
Del cielo azul

Título: Del cielo azul
Título Original: (Del cielo azul, 2025)
Autor: Noel Pérez Brey
Editorial: Villa de Indianos


Copyright:

© de la obra, Noel Pérez Brey, 2025
© de la edición, Villa de Indianos, 2025
© de la imagen de la cubierta, Edward Curtis. Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos

Edición: 1ª Edición: Octubre 2025
ISBN: 9791399010961
Tapa: Blanda
Etiquetas: robos violencia histórica literatura española novela corta guerras soldados emociones granja independencia honor y honra prestamistas cazadores Nuevo México apaches memoria
Nº de páginas: 96

Argumento:

Manuel Hidalgo es un antiguo soldado español que vive en Nuevo México. Estamos en 1847 y el país azteca hace años que es un territorio independiente. Allí trata de llevar una vida tranquila pese a la guerra que están librando yanquis y mexicanos. Pero los estadounidenses avanzan hacia el oeste y reclaman la propiedad de su granja. Manuel, que tiene a su mujer enterrada allí, no piensa entregar sus tierras. Y menos a los gringos. Para defender la granja, sus animales y la memoria de su difunta esposa, se enfrentará a desertores mexicanos, apaches, prestamistas, estadounidenses y cazadores de cabelleras.

Ambientada en los años finales de la guerra entre México y Estados Unidos, en "Del cielo azul" Noel Pérez reflexiona sobre el robo yanqui de las tierras al norte del río Bravo y el asesinato de aquellos mexicanos que lucharon por defender su territorio.

 

Opinión:

 

"Del cielo azul" es una novela que permanece en el pecho mucho después de haber cerrado sus páginas, como una brasa lenta que no quema, pero ilumina. Noel Pérez Brey consigue algo difícil y hermoso: tomar un episodio histórico áspero, lleno de violencia y despojo, y transformarlo en una historia profundamente humana. A cada página se nota que detrás de las palabras hay un autor que escucha a sus personajes, que los acompaña, que los comprende. Y esa cercanía convierte la lectura en un viaje íntimo que se agradece.

Manuel Hidalgo es el corazón de esta historia publicada por la editorial Villa de Indianos. No pretende ser un héroe, pero encarna una forma silenciosa de heroísmo que nace de la dignidad y del amor. Cada gesto suyo, desde cuidar a sus animales hasta reparar la valla de su granja o hablar con la tumba de su esposa, tiene el peso de lo irrenunciable. Acercarse a él es como entrar en un hogar donde todavía se guarda luto: uno avanza con respeto, con una atención nueva hacia los detalles que sostienen la vida cuando todo alrededor se derrumba.

La novela está impregnada de una melancolía hermosa, de esas que solo aparecen cuando el autor escribe desde un lugar de verdad. El paisaje no es un fondo, sino un personaje más. La tierra agrietada, el viento seco, el desierto vasto y silencioso son un espejo del interior de Manuel. Hay páginas que casi permiten sentir el polvo, el calor que pesa, la soledad que acompaña como una sombra inevitable. Pero también hay luz, una luz suave que se filtra entre las grietas. Ese cielo azul del título, que funciona como promesa y como herida, es un recordatorio constante de lo que podría haber sido y ya no es, pero también de aquello que todavía se puede proteger.

En lo histórico, el autor evita la frialdad de la crónica y opta por la vibración emocional. La guerra entre México y Estados Unidos aparece como una herida abierta, un territorio desgarrado cuyos ecos siguen resonando hoy. El autor no abruma con datos, confía en el lector y deja que el trasfondo se intuya más que explicarse. Esa contención, tan poco habitual, habla de una madurez narrativa que impresiona.

La prosa es clara, limpia, precisa. Hay frases que parecen esculpidas y otras que se deslizan como un suspiro. Nada resulta gratuito y cada imagen tiene la textura de lo vivido. Y cuando la violencia irrumpe en la calma del desierto, el lector lo siente. El cambio de ritmo sorprende, pero funciona como lo hacen las tormentas verdaderas: llegan sin pedir permiso y obligan a aceptar que incluso la quietud más firme puede fracturarse en un instante.

Lo más conmovedor de la novela corta, es la relación del autor con su protagonista. Noel trata a Manuel con cariño, con paciencia, con una delicadeza que lo hace inolvidable. Nunca lo idealiza, pero lo respeta por completo. Su dignidad, incluso en sus momentos más frágiles, convierte la novela en un homenaje a todos los que alguna vez tuvieron que defender un pedazo de tierra, un recuerdo, una identidad.

Para mí queda claro que no hace falta escribir grandes tochos. Este ejemplar, de apenas noventa y seis página, es una obra que abraza mientras duele, que perdura mientras avanza y que demuestra que nuestro autor y la editorial apuestan por una literatura que no se conforma con contar una historia, sino que busca tocar, acompañar y permanecer.

Al cerrar el libro queda la sensación de haber acompañado a alguien real, alguien que respira, que teme, que ama. Queda el silencio del desierto dentro del lector, queda la memoria de un cielo que sigue siendo azul a pesar del polvo, queda la certeza de que esta historia tiene alma. Y queda también el agradecimiento hacia un autor que escribe con sensibilidad, con honestidad y con una cercanía que conmueve.

Me ha encantado.

 

Violeta Lila

 

 

 

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