Reina de sangre

Opinión:

"Reina de sangre. La mujer que entronizó a la dinastía Trastámara frente a la nobleza" nos da un punto de vista diferente de la lucha de los Trastámara para hacerse con el trono. Para ello, se usa el punto de vista de Juana, hija del famoso Don Juan Manuel y con sangre real por línea materna y paterna, que se ha propuesto reclamar el lugar de su familia en la historia sentando a su hijo en el trono.

El personaje de Juana es muy complejo, con grandes fortalezas, pero también debilidades y contradicciones. Se valora mucho el desafío a las convenciones que representaba en la época, a pesar de lo cual nadie la cuestionaba. Como gobernante, no duda ni un momento en tomar decisiones difíciles, a veces brutales, o incluso se pone la armadura para ir al frente de su ejército cuando es necesario.

El libro está escrito de forma pulcra, con buena ambientación y documentación, aunque sin profundizar en tejemanejes políticos. Tiene tres hilos argumentales diferentes. Dos de ellos están narrados en tercera persona y nos llevan, a través de cortas secciones encabezadas por fecha, lugar y hora del día, a seguir los movimientos de dos mujeres.

La primera es Juana y su lucha por el poder. La segunda es Sor Lucía, a la que Juana ha hecho dos encargos: encontrar al asesino de su doncella (que apenas tiene misterio o dificultad) y averiguar más cosas sobre el Santo Grial (para lo cual tiene que bucear en libros y desentrañar simbologías). Aunque esta segunda trama era entretenida, si se hubiera suprimido no habría afectado para nada a la trama principal de Juana.

El otro hilo argumental está narrado a modo de entrevistas como recurso literario para conocer más la intimidad de Juana a través de su doncella, Mencía, una mujer muy casquivana que no tiene mucha suerte en el amor. Habla con desparpajo de sexo y relaciones, aunque todo está muy centrado en ella.

Esta parte también es muy independiente y se podría haber suprimido sin afectar al desarrollo de Juana como personaje. Aunque si se hubiera suprimido esto y lo de Sor Lucía se habría quedado casi sin páginas. Incluso con ellas, algunas partes se sienten un poco repetitivas y de relleno.

En definitiva, es una novela histórica amena e interesante, con un punto de vista centrado en una gran mujer de la historia, así que merece la pena.

Déborah F. Muñoz