Plata de Indias

Opinión:

A través de ciudades europeas como Madrid, París, Londres o Sevilla, nos iremos desplazando por diferentes escenarios para irle tomando el pulso a tres monarquías: Felipe II de España, Isabel de Inglaterra o Enrique de Francia. Ellos, que conocen cada uno de los movimientos que está realizando el duque de Anjou, pueden decidir con tiempo una estrategia que, aunque no frenaría los anhelos de unos y de otros, sí que dejaría apartado a un nuevo invitado. Y si esto no fuese suficiente para mantenernos intrigados le debemos añadir las propias conspiraciones internas que se viven en Europa además de prevenirse ante futuras luchas, desde fuera, por sus propios tronos.

Al mismo tiempo, la trama que se va urdiendo teje sus hilos entre Lisboa y Sevilla, mientras que el rey Felipe II, conocedor de los tejemanejes de Antonio Pérez, acude a las mismas personas que le salvaron de la muerte años atrás, los pesquisidores Medina y Pacheco; quienes inician una investigación para encontrar un cargamento de plata sin que se entere la Casa de la Contratación de Sevilla, desconociendo para qué va a ser empleado y lo que implicaría no encontrarlo.

La novela se convierte en un thriller de espionaje entre todos los países implicados, quienes interceptan, incluso con espías dobles, cualquier intención del vecino; la información pasa a ser el bien más preciado y los relatos se suceden en esa dirección. No me hace falta decir que estos hechos me han mantenido muy atento esperando ver cuál era el siguiente paso de los demás, cómo bloquearlos e incluso la manera de proteger o hacer de puente entre los intereses comunes. Un enredo cuyos múltiples personajes hacen que aumente la intriga en cada nuevo capítulo. 

Como es el caso de todo lo que rodea a la figura de Antonio Pérez, posiblemente uno de los momentos más oscuros de nuestra historia, allá por donde aparece podemos estar seguros que el episodio se alimentará del mejor género negro de la época a base de múltiples conspiraciones en todas las direcciones, pues si algo hacía bien este personaje era cubrirse las espaldas. En esta ocasión asistiremos a la puesta en marcha de su red de espionaje y malhechores, construida con el tiempo y que ahora, tras la muerte del secretario de don Juan de Austria, Juan de Escobedo, está a punto de desmoronarse salvo que consiga dar un golpe de efecto entre sus cómplices europeos.

En el apartado de la investigación, la pareja formada por Medina y Pacheco, como ya hizo en la anterior novela de Juan Cartaya, "El rey morirá en Sevilla", me ha vuelto a sorprender en medio de una conjura en la que se ven envueltos en una serie de asesinatos y persecuciones que le dan a esta aventura el toque perfecto para no despegarse de sus páginas hasta el desenlace.

Porlomenix