Para ofrecerle placer

Opinión:

Nunca -y cuando digo nunca me refiero a nunca de nunca, ¿eh?- decepcionan los libros que Shaila y María editan en La biblioteca de Carfax, una editorial que ya solo por el nombre debería hacer que cualquier fan del terror al menos visitara su catálogo.

Ben es un chaval de dieciséis de años que ha perdido a su padre por una enfermedad. Algún tiempo después su madre, incapaz de asimilar la pérdida decidió darle a la botella y, algo más tarde, incapaz también de estar sola tras casi dos décadas de matrimonio, se buscó un amante que se ha dedicado a burlarse de él y, en general, a joderle la vida. Hasta que un buen día su madre, y el cabrón de su amante, se largan, le abandonan sin siquiera dejarle una triste nota.

Ben se las apaña bien, básicamente porque desde la muerte de su padre, él es quien se ha hecho cargo de sacar adelante las cosas que hay que sacar adelante en una casa. Incluso agradece que su madre desaparezca de su vista ya que últimamente dejaba mucho que desear como madre.

Poco después de este abandono Ben encuentra un libro extraño entre las cosas de su padre y unos libros de Arthur Machen. Tan extraño que no puede leer nada. Tan extraño que parece que sea el propio libro el que decide qué palabras puede leer y cuáles no. Tan extraño… que parece que el libro se comunica con él con las palabras que le permite leer. Un libro sin título en el lomo ni en la portada, solo en el interior: Para ofrecerle placer. Y no, mentes sucias, no es un libro pornográfico, no es esa clase de placer. Otra cosa que llamará la atención de Ben será «una ilustración de una figura vestida (¿una mujer?) y con cuernos de pie en un campo lleno de flores». Más tarde le parecerá que la figura está más girada hacia él, y sus astas en un ángulo diferente…

Ese libro va a cambiar totalmente la vida de Ben. Va a notar que la casa ya no está tan vacía, que hay algo parecido a una presencia en ella y se sentirá observado. Además, parece que el libro le habla y que quiere «comer». Ben le llevará «cosas» que el libro pueda comer. Pero no cualquier cosa, no. Cosas que hayan estado vivas o que hayan pertenecido a seres que aún viven: un trozo de piel, sangre… Lo que sea, el libro lo absorberá y… parece que de alguna manera le recompensa por estos sacrificios. Por desgracia, la presencia cada vez exigirá ofrendas más sangrientas. Es lo que tienen los libros malditos, ¿verdad? Que si les haces caso ya no te sueltan…

«Cerró los ojos y sacudió la cabeza, y el libro pareció estremecerse en sus manos. Le había hecho ofrendas. Le había ofrecido placer y ahora el libro pretendía conseguir más».

"Para ofrecerle placer" es una novela cortita, 200 páginas en las que no sobra nada y nada tampoco le falta, narradas con un estilo muy visual con el que es muy fácil imaginarse uno mismo la película en la cabeza. Una novelette que se lee en un periquete gracias a sus capítulos cortos y enganchantes, que posee un buen ritmo, que te hace empatizar con el prota y que no te suelta.

Es terror por lo que se cuenta, porque, aunque creas conocer las normas, nunca se está del todo seguro de conocerlas por completo, porque no sabes si esa figura es capaz de doblegar la voluntad de Ben, porque no sabes si llegará un momento en el que pare, y porque es una historia sobrenatural muy bien contada, con unos personajes tridimensionales que transmiten realismo y veracidad. Y lo es también porque es una forma original de elegir a tu familia.

Muy recomendable. La biblioteca de Carfax sigue con buen ojo a la hora de elegirnos lecturas. Y que siga así.

Diego Palacios