Old boy 1

Opinión:

"Old boy 1" es un cómic manga seinen que se publicó en los años noventa y que ahora Distrito Manga ha decidido reeditar en un formato que es un auténtico lujo: tapa dura y más de seiscientas páginas que recogen los primeros 29 capítulos de la serie. La edición es maravillosa, muy cuidada, bien traducida y con las páginas más grandes que el formato manga estándar; es de esos tomos que pones en un lugar destacado de la estantería.

El dibujo es muy del estilo del manga de los noventa, realista (los ojos, por ejemplo, son orientales, no grandes como en muchos mangas), con caras y cuerpos muy bien definidos y escenarios lo suficientemente detallados. Se utilizan los diferentes planos de viñeta para enfatizar actitudes y sentimientos, y la narrativa de páginas está muy bien pensada para que la historia fluya con dinamismo y partes más pausadas que ahondan en la psique de los personajes sin necesidad de diálogos.

La trama es un thriller plagado de incógnitas. No sabemos, de inicio, nada del protagonista más allá de que ha pasado diez años encerrado sin saber quién dictó su condena ni por qué. Para no volverse loco, se ha dedicado a ejercitar su cuerpo y su mente día a día, ya que tampoco sabía cuánto tiempo estaría recluido. Al verse de pronto libre, toda su obsesión es descubrir quién y por qué le hizo perder esos diez años de su vida, pero lo hará a su manera, sin renunciar a sus valores.

Aunque el protagonista va por libre, casi desde el principio se topa con Eri, una joven que le entrega su virginidad y le da su apoyo incondicional. Es un personaje femenino que no resulta muy creíble más allá de las fantasías masculinas, algo que se puede generalizar en todas las demás mujeres que aparecen, que cumplen un papel de objeto estereotipado que es muy propio de la época en la que fue publicado y que no gusta nada en los tiempos modernos.

Poco a poco, van surgiendo pistas sobre su pasado y hasta hace aparición su captor, que por alguna razón se siente molesto porque esos diez años no han hecho mella en el espíritu de su enemigo y decide comenzar un juego con él: si quiere llegar a descubrir quién es, a Gotô no le queda más remedio que seguirle el juego, aunque lo hace según sus normas e intenta encontrar pistas por su cuenta.

La verdad es que, al menos en este primer tomo, el argumento no decae en ningún momento y te mantienes pegado a las páginas para averiguar más sobre el protagonista y su misterioso antagonista. El tomo acaba con una nueva pista, lo que deja al lector con ganas del siguiente, que espero que salga pronto.

Déborah F. Muñoz