Obituario privado

Opinión:

Confieso que soy fan de Santi Eximeno desde el momento que cayó en mis manos Bebés jugando con cuchillos, su manera de narrar, su retorcido sentido del humor, y su habilidad para recrear mundos de locura, me cautivaron en minutos; con "Obituario privado" he vuelto a degustar esa agradable sensación del miedo a lo desconocido… y a lo conocido.

Como no podía ser de otra manera 13 historias son las que configuran la particular visión de Eximeno de la vida imitando e invitando a la muerte aunque, en muchas ocasiones, sería más correcto decir la muerte después de la muerte. Y es que en su obra muchos de los protagonistas no son más que marionetas de un destino absurdo, un hecho ha trastocado toda su existencia dejándolos muertos en vida con la aterradora certeza de que, sea lo que sea aquello que les espera tras el velo, no será agradable, con todo seguridad será peor que la triste existencia que llevan.

Eximeno explora todos los campos del terror que nos podemos imaginar y si ni siquiera se nos había pasado alguno por la cabeza, él lo inventa con el único propósito de conmocionarnos cosa que consigue con una naturalidad pasmosa. ¿Quién no ha tenido miedo del monstruo que se esconde bajo la cama? Si tras años de dormir con la luz encendida pensabas que te habías librado de él, a lo mejor no deberías leer "Con buen pie", descubrirás que los terrores infantiles no desaparecen sólo por dejar de creer en ellos. El autor juega de tal manera con lector a lo largo de este breve relato que hasta se siente consolado con el aterrador final.

Guiños cinéfilos -dotados de cierto frikismo (¡a mucha honra!)- que se convierten en perversiones de nuestros iconos como en el caso de "Una nueva esperanza", en el que el título combinado con la frase que repiten una y otra vez los ancianos al final del relato, hace que la maldad nos parezca relativa, incluso justificada, una versión retorcida de el lado oscuro. Homenajes encubiertos y revisionados de cuentos que ya forman parte de la cultura popular, estoy segura de que los protagonistas de "El Cuerpo" de Stephen King -"Stand by me" en su versión cinematográfica- nunca habrían actuado igual que los chicos que en "De niños y trenes" convierten una travesura en una desgracia de proporciones dantescas, poniendo de manifiesto que sí hay peor castigo que la muerte propia.

La crueldad infantil vista desde el prisma actual, bajo el que miramos para otro lado mientras un inocente sufre en sus carnes la intolerancia, la envidia y la vejación sólo por ser diferente; "La niña China" nos revuelve las entrañas por su realismo, su injusticia y, lamentablemente, por ser una realidad social. Como recompensa esos pequeños monstruos que se hacen llamar niños recibirán su merecido en el ambiente más inocente que les hace sentirse seguros, así los payasos y los presentadores infantiles se convierten en jueces y verdugos de los infantes en dos historias que no voy a desvelar para no aguarle la fiesta al lector.

Y si hablamos de niños, nada mejor que un manual para las futuras mamás en el que nos explica todos los cuidados que tenemos que dar a nuestro retoño desde el mismo momento de la concepción; "Tu bebé diabólico" le habría ahorrado más de un quebradero de cabeza a Rosemary Woodhouse, y a nosotros nos proporciona unos minutos de diversión exquisitos.

En esta recopilación se incluyen relatos que han sido premiados con anterioridad con total justicia, lo que extraña es que no todos los relatos vengan con un premio bajo el brazo pues ninguno tiene desperdicio, pero los elegidos fueron:

De niños y trenes (Premio CREA Relato 2008)
Tu bebé diabólico (Finalista Premio Avalón 2009)
Querido Carlos (Premio CREA Cartas de amor 2007)
Crucifixio reloaded (Finalista Premio Domingo Santos 2009)

"Obituario privado" es una de esas obras que acaban siendo una especie de placer culpable puesto que nos deleitamos con las atrocidades que Santiago ha inventado para nosotros; nos vemos poseídos por un voyeurismo enfermizo que nos arrastra a degustar como un dulce la historia más escabrosa, nos convierte en candidatos a formar parte de la personal galería de desgraciados que plagan la desbordante imaginación de Santiago. Así pues, si anhelas alcanzar cotas más altas de masoquismo y maldad, aquí tienes la semilla, cultívala y deja que crezca, démosle al autor material para una segunda parte.

Patricia Rubiera