Nunca estuvimos allí

Opinión:

"Nunca estuvimos allí" es la primera novela de Gema Quintial y ha sido publicada por Maeva Ediciones. Está ambientada en Comillas (Cantabria) y presenta una historia de género negro muy elaborada y con muchos secretos por parte de la mayoría de personajes.

La narración está desarrollada siempre en tercera persona, de manera que sólo se conocerán los hechos que vayan ocurriendo y lo que salga de los diálogos entre los personajes. Es una forma de mantener la intriga todo el tiempo, claro que también la falta de información, junto con unos interludios en cursiva que corresponderían a un personaje de a trama, puede inducir a adjudicar algunas cosas a quien no es, algo en lo que es fácil caer, pues sobre algunos personajes me ha dado la sensación de que se podrían intercambiar sin que afectase la historia para nada.

Otro aspecto importante es el ritmo, muy intenso, acelerado incluso, que llegará a contagiar al lector, que será muy fácil que se deje llevar por esa vorágine de acontecimientos; aunque, por otro lado, eso le impedirá atender a los detalles, algunos muy importantes, que jalonan la historia.

Así podrá pasar que se encuentre como el equipo investigador y alguien más que también está hurgando por medio, que no se enteran de nada, ni pueden hilar todos los cabos sueltos, que son muchos, hasta llegar al desenlace, donde saldrán todas las explicaciones sobre el asunto, incluyendo los motivos de lo que haya ocurrido.

Al principio del libro hay un mapa, croquis más bien, de la localidad de Comillas, donde aparece la situación de los lugares que son importantes para la trama, además de marcar lo que sería el núcleo urbano.

Es poco lo que se puede decir de la trama sin desvelar la intriga, pues la mayoría de personajes están relacionados, de una u otra manera, entre sí, sea por familia, vecindad o trabajo, además de su propio pasado, que varios arrastran traumas de tiempo atrás y otros están metidos en problemas graves, de los que puede que salgan o no.

Tal como me ha parecido, "Nunca estuvimos allí" es una buena novela de género negro, que atrapa con su ritmo vertiginoso en una lectura que no da descanso en ningún momento, llegando a un desenlace que intenta resolver todas las cuestiones, no sólo las propias de la desaparición y el asesinato que forman el núcleo de la historia, sino que también lo hace con otras accesorias, que no es que hiciese mucha falta.

Selin