Nosotros somos infinitos

Opinión:

"Nosotros somos infinitos" es una novela de María Sotelo que ha sido publicada ahora por Newton Compton Editores, aunque seguidores de la autora pudieron leerla antes cuando ella misma la autoeditó con otro título hace un año. Por mi parte, me la he encontrado con esta edición de Newton Compton Editores y ha sido una grata experiencia.

La historia empieza con un prólogo que es un anticipo de lo que vendrá después, de hecho es la misma escena que se encontrará unos capítulos más adelante, aunque con unos mínimos cambios en el texto. Si se ha leído la solapa de la portada, el contexto estará claro, si no es así, el arrebato podría tener diversos motivos, aunque pronto se conocerá el trasfondo del tema.

El centro donde gravita la acción es la cafetería Oberón, que regentan las hermanas Bianca y Belinda, también hay dos empleados, Claudia y Martín. Aunque este sea algo más discreto, ellas por el contrario examinan las posibilidades de todo hombre atractivo que entre en la cafetería, comentando entre risas todo lo que se les ocurre, que para alguno de ellos supondrá un mote, "Cascanueces", que casi ocultará su nombre. Esto, para saber cómo se origina, tendréis que leer el libro, que ahí está la escena en cuestión.

Así, ese principio abre bastantes posibilidades, pues el público es variado y siempre habrá alguien que resulte muy interesante para cualquiera de ellas… y de Martín también, que si no es dentro del mostrador, podrá encontrar alguna clienta que le dé el tilín. Algunas historias tendrán mas recorrido que otras, de manera que todo el personal de la cafetería Oberón tendrá una oportunidad… o más de una, que tiempo habrá para todo.

La narración es en primera persona, abriéndose cada capítulo con el nombre de quien contará los acontecimientos, que casi siempre será Bianca, con algunas intervenciones, con la trama algo avanzada, por parte de Belinda, su hermana, y de Hugo, el hermano de su ex y que será quien le dé la maldita noticia de esa nueva boda.

Entre diálogos chispeantes (cuidado, que alguna coletilla se puede pegar, ya me entenderéis después de unas cuantas páginas, y luego costará quitársela), miradas con significado (casi siempre sobre las expresivas caras de alguien que se ha deslumbrado por quien tiene cerca y no se entera de nada más, ni siquiera de los cuchicheos a su espalda), ocurrencias (a cual más loca, que aquí habrá unas cuantas iniciativas, aunque sin pensar en lo que pasará después) y pensamientos (casi siempre inapropiados, para qué negarlo, y recreando en la imaginación escenas tan calenturientas como poco aptas), la historia avanza, provocando bastantes sonrisas, que pasarán a risas y carcajadas en más de una ocasión.

Tal como me ha parecido, "Nosotros somos infinitos" es una novela muy entretenida, con abundancia de momentos chispeantes y divertidos, que conseguirán que la lectura sea una gozada.

Selin