No todos los cíclopes nacen ciegos

Opinión:

"No todos los cíclopes nacen ciegos" es una novela que obtuvo en el año 2021 el premio Internacional Tristana de Novela fantástica. Su autora, Sol Linares, es una novelista, cuentista e ilustradora venezolana cuya obra ha merecido varios premios nacionales e internacionales. Parte de su trabajo narrativo ha sido recogido en distintas antologías como "Antología sin fin", "De qué va el cuento" y "Nuestros más cercanos parientes".

En esta obra, la autora nos trata de demostrar cómo, tras el destino de una persona, se esconde la herencia genética de todo un clan. Las células se organizan para sacar a la luz en forma de patologías, aquellas atrocidades y aberraciones que, en algún momento, alguien del pasado familiar pudo haber cometido.

Flora es una mujer de dieciséis años cuando se entera de que en su familia, su tía, dio a luz a un niño con un solo ojo. La noticia le causa tanta impresión que desde ese momento su centro de atención es el bebé y entender el porqué de esa monstruosidad. Lo más interesante es el cambio que experimenta la protagonista al intentar dar una explicación a esa aberración por medio de la mitología. La idea de que lo horroroso y deforme se dignifica porque pasa a ser la expresión de una divinidad, me ha parecido fascinante. Ya no ve al bebé como un monstruo, lo ha transformado en un ser mitológico, lo ha elevado a la altura de un semidiós, ahora Po (que es el nombre con el que ha bautizado al bebé cíclope) es descendiente de Polifemo, que es hijo del dios Poseidón.

Para Flora todo clan tiene sus "buscadores", son aquellas personas de las familias que tienen el destino de buscar las heridas en los antepasados hasta encontrar el origen que causó la degeneración. Estudia ingeniería genética para entender los fenómenos de la herencia, el karma expresado en el ADN, cómo los errores del pasado se proyectan en el código genético. Se convierte en la "arqueóloga" de su pasado familiar y el secreto que descubre nos deja con la boca abierta. Lo que el mito ha fortalecido, la ciencia, al atribuirlo a fallos genéticos, lo ha debilitado. Pero al final, la catarsis está en conocer, en tener conciencia de dónde empezó todo, para que ciertos mensajes queden entendidos y aclarados.

Una obra de apenas doscientas páginas, pero poderosa, mientras la estás leyendo percibes cierta ternura y delicadeza, parece que está escrita con mucho mimo. El tono que utiliza es de confidencia, como si te estuviera confesando un secreto, y de ese modo consigue crear un ambiente íntimo, sigiloso, que lo que produce es que aumente la curiosidad por saber el final de la historia. Para mí la novela es magnífica y pienso que se merece el premio que ha ganado. Me gustaría recomendarla por la capacidad tan fantástica de entrelazar la mitología, la literatura y la ciencia.

M. Zeta