No se van a ordenar solas las cosas
Título: No se van a ordenar solas las cosas
Título Original: (No se van a ordenar solas las cosas, 2024)
Autor: Nuria Labari
Editorial:
Páginas de Espuma
Colección: Voces/ Literatura
Copyright:
© Nuria Labari, 2024
© De la ilustración de cubierta: Rocío Guerrero, 2024
© De la portada, maqueta y edición: Editorial Páginas de Espuma, S. L., 2024
Edición: 1ª Edición: Octubre 2024ISBN: 9788483933565
Tapa: Blanda
Etiquetas: amor contemporánea cuentos relatos marginación muerte inmigración literatura española recopilatorio de autor reflexiones recopilación celos homosexualidad emociones sentimientos trastornos alimenticios viudas
Nº de páginas: 137
Argumento:
Los protagonistas de este libro sienten que han perdido la libertad para ordenar su propia historia dentro de otra historia que es mucho más grande que ellos mismos. La madre celosa del tiempo que su empleada de hogar pasa con sus hijos, el adolescente vigoréxico obsesionado con construir un cuerpo que lo convierta en mejor persona, el anciano judío homosexual que llora abrazado a los jerséis de su amante cuando se le rompe la lavadora… y la vida.
Una colección de personajes que luchan por encajar en el relato de sus propias vidas, héroes y fracasados al mismo tiempo. Labari indaga en estos cuentos en el deseo, la diferencia de clase social o el racismo, y en las carencias de todo tipo que nos impiden descifrar nuestra identidad sin atender a dogmas o a recetas. Al contrario, enfrenta el peligroso deseo de reunir lo que es distinto a través del lenguaje y se lanza a escribir desde fronteras, palabras e idiomas nuevos.
Opinión:
Dice la faja promocional que Labari vuelve al cuento, pero para mí no es una vuelta sino una nueva llegada. No había leído nada de la autora con anterioridad, y tras este libro de relatos cortos y largo título vaticino que no será lo último que lea de ella.
Siempre me han gustado los libros de cuentos o relatos cortos, siempre hay en ellos cuentos buenos y cuentos menos buenos y esta vez no será la excepción.
Me ha sorprendido mucho en este "No se van a ordenar solas las cosas" la intensidad de todos los relatos y creo que he detectado, sino en todos sí en la mayoría, algunos puntos en común:
- Todos tienen como actores principales (o secundarios) a grupos marginales de la sociedad (criadas sudamericanas, adolescentes, inmigrantes marroquís, turistas blancos y sus guías caribeños, viudas, ancianos judíos y homosexuales).
- Los seis tienen algo que ver con los cuerpos: cuerpo de jaguar, cuerpo de vigoréxico adolescente, cuerpo de adolescente marroquí cuidado, cuerpo consumido por el cáncer del que emana un olor a muerte y podredumbre y cuerpo de viejo.
- En todos hay una sensación de malestar, de querer encajar en la vida y dejar de ser el clavo que sobresale.
Pero el desequilibrio es, en mi opinión, el común denominador más claro en todos los relatos.
Tenemos en el primero a una mujer que siente celos de la criada que pasa más horas con sus hijos que ella y por eso no quiere que sea interna y que vaya a dormir a su casa. Es el relato que menos me ha gustado.
En el segundo un adolescente preocupado por su cuerpo, por entrenarlo y por comer las calorías justas que él mismo se marca después de ver vídeos de Tiktok y demás influencers, obsesionado por una voz interior que marcará su destino.
En el siguiente, una mujer casada y mayor enseña castellano a un inmigrante de 19 años del que se enamora y acabarán encamados, sin importarle lo que diga o piense la gente. (Que está casada hay que creérselo porque en una ocasión se va de cena con una amiga y cuando acaba va a trajinarse a la otra punta al playboy… Nunca sabemos si el marido sabe o consiente, si está presente o de viaje…)
En el cuarto, una mujer se va de vacaciones al Caribe con su marido e hijas y hacen una ruta a caballo con tres guías. La excursión dura más de lo previsto, no ven a turistas durante todo el trayecto y el temor a ser violadas o algo peor hace acto de presencia y deja ver las fisuras del matrimonio.
El quinto, El mundo cuando mueras, es el mejor, sin ninguna duda. Es el que ha provocado que mis ojos se nublaran por unas lágrimas que pude reprimir a tiempo. Íntimo, cercano, crudo, tierno y realista a más no poder, nos cuenta la vida de una viuda antes y después de perder a su marido. Cómo se iban preparando ambos para la partida y cómo la vida sigue su curso pese a todo.
En el sexto, la avería de una lavadora sirve a un anciano judío de ochenta y tantos para hacer balance de su vida, de su actual relación con un hombre de cuarenta y tantos, para reflexionar sobre la belleza y el dolor en el mundo…
Labari escribe de modo que la lectura y vocabulario sean fáciles, pero se nota que ha ido escogiendo las palabras con cuidado. Crea el argumento de manera lógica, sin metáforas innecesarias y plantea una historia con un desarrollo que apetece seguir leyendo.
Los relatos de "No se van a ordenar solas las cosas" no me han entusiasmado, salvo el quinto, como ya he dicho, pero sí me han calado y me han dejado cierto poso de reflexión. Insisto en que la autora escribe de una manera fácil, una manera que te empuja a querer seguir leyendo, por muy desasosegante que pueda ser lo que te cuenta y haciendo que las páginas vuelen sin notarlo.
Habrá más lecturas de Labari, repito y remato.
Diego Palacios
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Comentario de los lectores:
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