miguel angel. una vida inquieta

Título: miguel angel. una vida inquieta
Título Original: (michelangelo, una vita inquieta)
Autor: Antonio Forcellino
Editorial:
Alianza
Copyright: Traducción de Pepa Linares
Diseño cubierta: Angel Uriarte
ISBN: 978-84-206-4950-4
Etiquetas:
arte
Argumento:
El
genial y conflictivo artista Miguel Angel Buonarroti nos es presentado en esta obra
por el escritor, restaurador e investigador artístico Antonio Forcellino desde una
perspectiva nueva, que al menos aclara algunos puntos oscuros o que habían sido
tergiversados para la historia por el propio Miguel Angel o su más directo biógrafo.
Antonio Forcellino (Vietri sul Mare, 1955) es un gran especialista en el arte del
Renacimiento, tan floreciente en su país y del que tantas muestras goza Italia.
Restauró el Moisés de Miguel Ángel y el Arco de Trajano. Autor de numerosos
estudios sobre la obra de Miguel Ángel, Rafael,
Leonardo, y sobre la Capilla Sixtina
en particular, joya universal del Renacimiento, que, a raíz de su reciente restauración,
nos ha hecho cambiar tantos conceptos sobre su autor y su trabajo.
El libro, a pesar de su formato de bolsillo, nos presenta una muy cuidada edición,
con inclusión de 59 ilustraciones en blanco y negro sobre esculturas, dibujos o
planos, y 12 láminas a todo color sobre pinturas: principalmente de la Capilla Sixtina.
Las notas, completísimas, van ubicadas al final del texto para evitar lo farragoso
de colocarlas a pie de página, y nos es proporcionado asimismo un índice onomástico,
indicándonos igualmente la procedencia de las ilustraciones.
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Opinión:
Forcellino no sólo nos relata la vida de Miguel Angel: nos hace revivir
la historia italiana, la época vivida por el artista, una época turbulenta, de luchas,
conspiraciones, alternancias políticas constantes, pero a la vez, de enorme proliferación
artística, un hervidero de grandísimos autores, muchos de ellos polivalentes, como
es el caso de Miguel Angel, que lo mismo pintaban, que esculpían o proyectaban un
edificio. Miguel Angel, tal y como nos lo presenta Forcellino,
es un genio, pero también es un hombre, con sus defectos, sus miserias, sus esperanzas
y sus deseos. Y es un hombre que vivía inmerso en la vida de su ciudad, Florencia,
floreciente de arte, desbordante de ideas nuevas filosóficas y políticas,
patria de
Maquiavelo, del terrible Savonarola, y de los contradictorios y
temidos Médici, así como de Roma,
donde tantos años pasó trabajando, al servicio de los papas.
Forcellino abunda en descripciones técnicas interesantísimas para
los amantes del arte, que sin embargo no son farragosas para los legos en la materia,
así como apoya sus recreaciones de la vida del artista en numerosas cartas y documentos
que nos prueban un cierto cambio en las ideas que hasta ahora se han sustentado
sobre nuestro controvertido artista. Y trata muy sutilmente, a mi juicio, el tema
de su orientación sexual, porque Miguel Angel era, sobre todo,
un genio artístico y eso es lo que más debe interesarnos, en vez de concentrarse
en historias escabrosas que son anécdotas al lado de su trayectoria vital.
Su origen era muy modesto, aunque su familia había conocido días mejores. Y a lo
largo del libro nos insiste en la idea fija del artista en restaurar a su familia
-padre, hermanos y sobrinos-, a la posición de la que provenía, tarea a la que destinó
casi todos sus numerosos ingresos, aunque al parecer su familia no le agradeció
sus esfuerzos y su ayuda adecuadamente.
El otro motivo repetitivo e inevitable de su vida era su terrible carácter: acaparador,
belicoso, insoportable para los que le rodeaban, perfeccionista, ávido de riquezas
pero sin embargo avaro, viviendo miserablemente cuando era uno de los artistas mejores
pagados del momento. En realidad, lo único que realmente le interesaba en la vida
era su trabajo. Y su trabajo era
el arte, entendido a la manera de los virtuosi
renacentistas: la
escultura, el
dibujo, la pintura, incluso
la arquitectura, puesto que se atrevió ¡y cómo! con la basílica de
San Pedro de Roma.
La genialidad de Miguel Angel está ahí: no sólo en su vida para
el arte, sino en la creación de nuevas formas artísticas y de nuevas maneras
de crear arte. En hacer lo que aún no se había hecho, en pretender lo imposible,
en volar tan alto que en algunos momentos casi pierde las alas cual Ícaro italiano.
Pero las pruebas de su genialidad quedan a la vista y hablan por sí solas: nadie
que haya gozado de la visión de la Sixtina podría negar la genialidad de su autor.
Sólo por poner un ejemplo.
Una magnífica biografía, que recomendamos a los amantes no sólo del arte, sino de
la historia, ya que es un fresco narrativo de una época y de un país maravilloso:
Italia renaciendo.
ARIODANTE, abril 2009
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