Mandalas

Opinión:

"Mandalas" es una nueva propuesta que ha publicado la editorial RBA Libros, dentro de su colección Práctica, en un volumen de tapa blanda, en formato de 21,7 x 28 cm.

A simple vista, el libro tiene la presencia adecuada para el concepto principal, que consiste en unas plantillas de mandalas para que la persona interesada pueda colorear los huecos delimitados por los trazos dibujados, obteniendo como resultado la satisfacción de haber compuesto una imagen sugerente.

Hasta aquí bien, pero los problemas empiezan al abrir el libro y echar un vistazo a las plantillas… ¿dónde me he dejado la lupa? ¡Qué pequeño es todo esto! Pero si parecen las piezas de un rompecabezas diabólico, que algunas deben medir algo así como un milímetro, si hasta las puntas de mis lápices de colores son más gruesas que algunos huecos.

Pues sí, la sorpresa es morrocotuda, sobre todo si se comparan las plantillas con las imágenes de muestra, que están situadas al final, a razón de cuatro por página, pues las proporciones no cuadran ni por asomo, ya que esas imágenes dan una presencia mucho más acorde con la idea de un mandala, con unas estructuras mucho mayores que las percibidas en las plantillas.

Vale, alguien me dirá que las letras, que marcan el código de colores de las plantillas, están muchas veces repetidas en posiciones contiguas. ¡Ja! ¿Y no se le ha ocurrido a nadie que hubiese sido mejor eliminar esos trazos intermedios que sólo estorban la mirada? Que, por si fuera poco, están marcados en un tono muy suave, que seguro que no interferirá con la aplicación de color, pero que me cuesta distinguir qué letra es, sobre todo por la mezcla de muchas en muy poco espacio, porque me obliga a fijar la mirada con tanta atención que, cuando voy a comprobar a que color corresponde y vuelvo, ya me he perdido otra vez.

Porque esa es otra, el código de colores está únicamente en la solapa de la portada y cada vez hay que volver allí para consultarlo. O no, se puede recortar la solapa y tenerla a mano; también se podrá recortar la imagen de muestra, así como la misma plantilla y sacarlo todo al medio de la mesa. Claro que, entonces, este libro ya no sería para colorear, sino para recortar cada unas de las piezas, aunque también sería necesaria una bolsa donde quepa todo, para que no se pierda nada.

Pues eso, que "Mandalas" podría haber sido una propuesta magnífica, pero el resultado es decepcionante, sin contar con que el subtítulo de la portada, "Dibujos para la calma", no me ha parecido nada apropiado, ya que más bien puede provocar un grave estado de nervios.

Selin