Maigret tiende una trampa (Los casos de Maigret)

Opinión:

Paciente y meticuloso, Maigret es un observador nato. No es un detective motivado simplemente por encontrar al culpable y meterlo entre rejas. Lo que quiere es descubrir el porqué: ¿por qué una persona normal, de repente, decide matar? ¿Por qué, de golpe y porrazo, alguien coge un cuchillo y apuñala a cinco mujeres? ¿Qué se esconde en la psicología de esa persona que lo empuja a actuar así? Y lo más importante, ¿cómo desenmascararlo antes de que cometa un crimen más?

En las obras de Georges Simenon dedicadas al inspector Maigret, siempre encontramos una atmósfera curiosamente tranquila para un relato detectivesco. Y es que el autor no se adentra en la acción trepidante de los thrillers ni en la oscuridad de ciertas novelas negras, sino que, sobre todo en este caso, se centra en comprender la mente del asesino, en mostrarnos el cuadro psicológico, tanto del criminal como del detective, al que vamos conociendo un poco más a cada página.

En las escasas 160 páginas que tiene el libro, Georges Simenon condensa la trama y la desgrana con precisión, sin ahorrarnos las dudas, las sospechas, los fracasos y la rabia de saber que vas por el buen camino pero no poder demostrarlo. Acompañado de sus hombres, Maigret pone en marcha una trampa para engatusar al asesino gracias a la prensa, siempre dispuesta a sacar conclusiones antes de tiempo y sin que nadie confirme o desmienta nada.

Con un pequeño giro final que está perfectamente calculado, "Maigret tiende una trampa" demuestra que se puede interesar al lector sin artificios ni complejas tramas. Al ser una novela corta con una investigación tan concisa, es difícil hablar de ella sin desvelar algún elemento importante, por lo que lo dejaré aquí. Sólo decir que, como siempre, es un placer dejarse llevar por los pasos de este inspector tranquilo y a la vez intenso que creó Simenon y que sigue tan vivo como entonces.

Inés Macpherson