Madres y perros

Opinión:

Cuando hablamos de lo cotidiano, a menudo nos imaginamos estampas hogareñas, momentos de vida que todos vivimos. Y es cierto. Eso aparece en los relatos de Fabio Morábito. Pero también hay otra cotidianidad, otro elemento que existe para todos, aunque a menudo queramos darle la espalda. Hay algo extraño a nosotros, pero que a su vez nunca nos abandona. Y es la sensación de finitud. La enfermedad, la soledad o la muerte son presencias cotidianas que intentamos maquillar, enmascarar o simplemente ignorar dándoles la espalda. Pero están allí. Y Morábito sabe hablar de ellas mezclándolas con las situaciones más habituales del día a día, mostrándonos lo extraño y normal que puede llegar a ser.

Escritos con una prosa fresca y auténtica, estos relatos no narran grandes historias ni se adentran en grandes pasiones o problemas. Narran lo cercano, lo palpable: la nostalgia por el pasado de un hombre obsesionado por volver a pisar el apartamento en el que vivió su infancia o el miedo a un perro que hace que un hombre no se atreva ni siquiera a entrar para darle de comer después de tres días. Narran lo cercano, pero a veces salpicándolo de lo extraño o llevándolo a un terreno donde no sabemos exactamente a qué atenernos: ¿qué ocurre en una pista de atletismo para que acabe siendo una batalla por la supervivencia? ¿Qué pasa si alguien miente sobre una pelota de tenis por no saber perder y su compañero acaba en una casa extraña?

Los nombres de los personajes son cercanos. Nos suenan, los reconocemos. También reconocemos sus hogares, sus muebles… y sus miedos. En algunos casos, las situaciones nos superan, como la que narra el cuento de «Roxie Moore», donde los tabús sobre la muerte y los funerales se ven completamente trastocados y el autor nos habla del cuerpo de una forma extraña que puede llegar a resultar incómoda, aunque no por ello menos interesante. Pero al final, todo nos es extrañamente familiar, porque los lugares y las pasiones son cercanas, son humanas y podrían ser nuestras.

Una recopilación curiosa que sirve de carta de presentación del autor para aquellos que no le conozcan, como era mi caso.

Inés Macpherson