Madera de savia azul

Opinión:

El argumento de "Madera de savia azul", un mundo imaginario pero sin elementos fantásticos en el que un pueblo se ve obligado a emigrar, me parecía soberbio. Además, no había parado de leer buenas críticas del libro, así que estaba impaciente por empezarlo. Siento decir que no coincido con dichas buenas críticas, todo lo contrario, me ha parecido un libro bastante malo. La historia se basa en dos pilares y ambos cojean.

El primer pilar y mayor error está en la base del mundo y en el planteamiento del mismo. Resulta poco creíble que un reino (porque los Grandes Lagos estaban dentro del reino) tenga una región absolutamente perfecta, fértil y repleta de recursos... y que nadie dentro del reino, ni siquiera el rey, sepa dónde está, dudando incluso de su existencia. Tampoco resultan creíbles todas las explicaciones de la situación política de dicha frontera una vez que avanza la trama, ni el aislamiento de ninguno de los pueblos del reino que aparecen a lo largo de la historia. También me ha dado la sensación de que José Luis Gil Soto ni siquiera se ha hecho un mapa, y que ha improvisado distancias y tiempos según le convenía para el desarrollo de su historia.

Aparte de eso, entrando ya en el argumento, al margen de que mucho de lo que ocurre me resultaba inconcebible (como un pueblo entero que acepta sin protestar que el rey les arrastre a una odisea tras quemar los restos de su ciudad sin dejarles intentar recuperar provisiones o lo poco que se pudiera haber salvado, por no hablar de enterrar a sus muertos), que pasan muchas cosas "porque sí" (incluyendo varias muertes, que por otro lado eran predecibles y me sonaron a "este personaje ha cumplido su función y me molesta, así que me lo cargo") y que hay bastantes casualidades y situaciones forzadas (como que la caravana no se cruce con ninguna población pero aun así aparezcan recursos de la nada, y no me refiero solo a la comida), llegamos al segundo pilar en el que se basa la novela. Tampoco me resulta creíble, por mucho caos que haya generado una tragedia, que solo la madre del príncipe heredero se dé cuenta de que el niño superviviente de dicha tragedia en realidad no es su hijo, sino el niño mudo anónimo al que acogieron, y que en ningún momento se dijo que tuviera el más leve parecido con el príncipe. Bueno, la madre, y una viuda sin formación cortesana que acaba cuidándole y que era vecina del niño, amigo de su hija muerta. Ya es casualidad.

En definitiva: los pilares se tambalean. Pero es que además tenemos unos personajes de lo más maniqueos, no del todo planos aunque sin duda no lo suficientemente profundos, y con una evolución un poquito superficial que les hace por completo predecibles. Y un estilo de escritura plagado de descripciones innecesarias en los acontecimientos banales, en contraste con los acontecimientos importantes y las conspiraciones, que se narran de forma superficial, sin lograr así disimular que tampoco estaban del todo bien hilados.

Vamos, que se me ha hecho pesadísimo. Me encantaría decir algo bueno del libro y lo único que puedo añadir es que, si hubiera tenido una buena base, hubiera estado bien. Pero, cuando los pilares se tambalean y encima se ponen ladrillos que ni siquiera encajan, es inevitable que una no disfrute de la lectura. Aunque, como ya he dicho, hay mucha gente a la que le ha encantado el libro, a lo mejor soy yo.

Déborah F. Muñoz