Los empleados

Opinión:

"Los empleados" tiene una estructura narrativa epistolar en la que se nos presentan fragmentos de declaraciones de los distintos empleados de la nave, tanto humanos como no humanos.

Lo curioso es que no se nos dice de quién es el testimonio, ya que solo conocemos el número del mismo, así que no tenemos manera de saber, de entrada, quiénes son humanos y quiénes son humanoides. Tampoco tenemos conocimiento, en principio, de qué es lo que está pasando en la nave, solo que se está llamando a los empleados a declarar para esclarecer los hechos. Aun así, cada declaración es diferencial e incluso nos percatamos cuando alguien repite testimonio.

Poco a poco vamos deduciendo quiénes son humanos y quiénes no, aunque todos son muy humanos en el fondo y parte de la gracia del libro es que explora esa cuestión: qué nos hace humanos y qué no, y más en un contexto laboral deshumanizado. Y es que, en una nave con tripulación mixta donde los robots tienen apariencia humana, y se expresan como tales, es muy difícil reconocer a unos y a otros.

La forma en que reaccionan e interactúan con esos objetos alienígenas que lo cambian todo también es muy humana y peculiar. Cada cual tiene su relación única con los objetos a través de distintos sentidos (tacto, olor e incluso sabor) y hay una gran carga alegórica en esa relación, los sueños que tienen...

Conforme avanzan las declaraciones, la diferencia entre humanos y no humanos empieza a ser más evidente: entendemos que los humanos están desarrollando una gran melancolía hacia la Tierra y hacen muchas referencias a sus recuerdos, se percibe una gran decadencia y pesimismo dentro del ambiente deshumanizado que es la nave. Los no humanos, por su parte, están despertando hacia la autoconciencia, experimentan sentimientos fuera de su programación y empiezan a anhelar cosas que no tienen por ser lo que son. Esa divergencia entre unos y otros hace que cada vez haya más separación y hasta conflicto con ellos.

No diré hacia dónde se encamina esta corta novela ni qué es lo que pasó en la nave porque la gracia es descubrirlo, pero aunque no tuviera esos pequeños misterios te haría seguir leyendo por la curiosidad del formato y por la evolución de las declaraciones. Vamos, que es una lectura corta pero muy curiosa.

Déborah F. Muñoz