Los días del César (Libro XVI de Quinto Licinio Cato)

Opinión:

El contexto histórico de esta nueva entrega de las aventuras del prefecto Quinto Licinio Cato y su compañero inseparable, su hermano de sangre, el centurión Lucio Cornelio Macro, es totalmente diferente a lo que nos tiene acostumbrados el autor en esta serie. Si en episodios anteriores hemos saltado de un país a otro, descubriendo nuevas tribus, distintas formas de hacer la guerra o comprobando cómo han ido cambiando los mapas durante siglos; en esta nueva obra nos quedamos en Roma, en sus calles, conociendo otra forma de plantear una batalla y entendiendo muchas de las claves de la historia del Imperio Romano.

El hecho de ser una novela donde no priman tanto las avanzadillas de las legiones, ni que estas se desplacen por el continente europeo en gran número, da al lector un poco de respiro después de haber presenciado batallas como las de Britania o Hispania; no así el ritmo, que no tarda en poner a todos los personajes involucrados a trabajar para mantenernos ocupados en una trama que me ha resultado de lo más apasionante.

La guardia pretoriana, fiel al emperador, se convierte en uno de los sectores que mayor protagonismo tiene en la novela; el poder que les han ido otorgando los últimos emperadores los coloca en una posición de ventaja ante la partida que van a jugar Británico y Nerón, los herederos del emperador Claudio. Ambos oponentes muestran sus cartas y, ante ellas decidimos a quién seguir, qué opción es la menos mala y cuál conviene más para afrontar el incierto futuro de Roma y su Imperio; la historia siempre ha dejado claro que es más importante estar en el lado del ganador, tus intereses todos los defienden.

A su vuelta de Hispania, Cato y Macro, personajes principales de esta serie, se encuentran con una ciudad dividida, donde es mejor no hablar y en la que se van a ver metidos, sin quererlo, en una lucha feroz por el poder; un panorama plagado de conspiraciones, traiciones y todos los ingredientes típicos de las novelas que nos hablan de las dinastías romanas. Circunstancias que se traducen en acción para el lector, quien pronto se ve inmerso en una trama política que hará que la ciudad de Roma sea un lugar tan peligroso, o más, que el campo de batalla.

Con el tablero más o menos distribuido somos testigos de los movimientos de algunos personajes históricos como Palas, Agripina o Domicia; entre ellos se encuentra el responsable de la trampa en la que cae el prefecto Quinto Licinio Cato, a quien le acusan de haber asesinado a un senador después de haberle arrestado. Todo es parte de un plan entre los que quieren que vuelva la república y los defensores del emperador, sea este quien sea. Macro deberá iniciar una investigación para encontrar al verdadero culpable y, lo más importante, descubrir quién está detrás de la encerrona. Un giro que dota a la novela de un cambio de género, con mucha intriga y un desenlace en el que Lucio, el hijo de Cato, es secuestrado.

Un poco de acción por las calles de Roma, con una lucha entre legionarios y pretorianos que han tomado partido por bandos diferentes, es el cierre perfecto para una novela que, quizá por esa distancia de los campos de batalla habituales, se me antoja como la mejor trabajada de cuantas he leído de esta serie.

Un respiro antes de acudir a Asia Menor, en una campaña contra los partos que nos devolverá los grandes despliegues militares de las legiones y un episodio más de la Historia del Imperio Romano.

Porlomenix