Los 90 en 90 canciones (o más)

Opinión:

En los 90 cambié un trabajo fijo y bien remunerado por la aventura de abrir una tienda de discos y camisetas, pero lo que yo pensaba que iba a disfrutar al estar todo el día rodeado de música se convirtió en un ejercicio de aprendizaje de grupos, artistas y géneros musicales. Sí, ya había pasado mi etapa adolescente y me había quedado anclado en décadas anteriores donde sabía que podía encontrar todo lo que mis oídos y mi mente necesitaban. No obstante he decidido introducirme en esta época, que no es la mía, a la vez que lo he hecho en mis recuerdos para intentar comprenderla e incluso dejarme llevar por temas que desconocía o había escuchado levemente, a lo lejos, obviando una música que pensaba no me pertenecía.

Y este libro de relatos, surgidos de los podcast del autor, vienen a confirmarme que la música de los 90 pasó casi desapercibida para mí, apenas unos cuantos títulos que eran continuación de mis gustos musicales y otros tantos que el autor me ha descubierto o me ha refrescado sin haber sido consciente de que los conocía; algo que he comprobado gracias a mi discoteca personal y a ese gran almacén discográfico que es Internet. ¡Qué gran invento!

Rob Harvilla recopila mediante estos textos lo que antes fueron episodios radiofónicos en los que abordaba un tema y lo iba desmenuzando a placer, sin cortes, repitiendo palabras o frases y sin ningún guion aparente, por lo que es normal encontrarle hablando de un tema que pasa a otro sin ningún hilo aparente, aunque al final consigue volver al punto de partida y ofrecer una conclusión de conjunto.

La narración carece de adornos y llama a las cosas por su nombre, un lenguaje que en ocasiones es demasiado directo y que tampoco se corta para criticar y arremeter contra todo, desde una juventud mal entendida, incluida la suya, hasta una llegada a la edad adulta donde se replantea muchas de las emociones que supusieron para él, y para toda una generación, los mensajes simplistas que contienen las letras de determinadas canciones que se convirtieron en himnos y arrastraron a una masa ingente de adolescentes hacia el futuro, nuestro presente, donde un gran público ya empezaba a decantarse por la música de consumo; una práctica habitual en este primer cuarto del siglo XXI.

Rob Harvilla no para de contar anécdotas y curiosidades, lo que propicia muchas lecturas diferentes, tantas como lectores, pudiendo pertenecer a diferentes décadas y gustos musicales. La crónica y el debate que después se realice de estos textos tendrá numerosos puntos de vista, sensaciones y una amplia literatura posterior.

En cuanto a estilos musicales, estas páginas hablan bastante de Rock alternativo, Punk rock, Rock indie, grunge, electrónica, ska, pop, y mucho rap, quizá demasiado; menos mal que para sobrevivir a esta época el autor me ha regalado el tema Smooth, de Santana y Rob Thomas, el último número uno del siglo XX y el primero del XXI, por algo el disco Supernatural está entre mis preferidos.

Posiblemente, la mejor crónica musical de los años noventa que vayas a encontrar.

Porlomenix