Libelo de sangre

Opinión:

Son muchos y variados los frentes que se van abriendo en esta espectacular novela que reúne todos los ingredientes negros del mejor de los géneros literarios y que además crece en cada uno de sus episodios con una narrativa que se paladea, personajes que atrapan por sus historias pasadas y una trama definida pero a la que se le van uniendo nuevas circunstancias; muchas de ellas, fruto de una investigación en la que finalmente se implica el Santo Oficio, deseoso como siempre de encontrar culpables que alimenten el miedo y justifiquen el poder que ostentan.

Tras un primer contacto con los hechos que después se investigarán, retrocedemos en el tiempo para conocer el origen de todo; así como de la madeja que se ha ido enredando alrededor del padre de Alonso Castro, Sebastián, titular de una escribanía en la Villa y Corte de Madrid y envidiado por sus compañeros de profesión, quienes no comulgan con él por ser demasiado legal, contrario a la corrupción y haber tenido que obtener un certificado que acreditase su limpieza de sangre para poder ejercer.

Será el asunto derivado de un testamento el que nos hará llegar hasta los momentos iniciales de la novela, donde Alonso y Luisa coinciden después de haber visitado la inclusa cercana a la Puerta del Sol. Conocidos los antecedentes y los actores que van a intervenir en los siguientes actos, la lectura gana en intensidad por medio de su protagonista, Alonso, que con tan solo trece años de edad tendrá que encontrar la manera de defender a sus padres acusados de lo que han denominado como "los crímenes del ritual".

La parte más cruda del relato le corresponde, después de una investigación llevada a cabo por un comisario de todo menos imparcial, a los interrogatorios y a las prácticas del Santo Oficio cuando somete a tormento a los encausados. A poco que uno se documenta encuentra que el "libelo de sangre" era una acusación falsa de haber sacrificado niños y que padecieron los judíos durante siglos, principalmente en Europa; cualquier denuncia o los bulos que corrían por los mentideros madrileños eran el caldo de cultivo perfecto para que la población se descontrolase, comenzasen los desórdenes y se dictase sentencia en la calle mediante la práctica de algo tan nuestro como el juicio público.

A través de otros personajes, niños desafortunados que viven en las calles de Madrid y luchan por sobrevivir a diario, nos adentramos en una parte atractiva de la novela por su componente de aventuras y donde la picaresca juega un papel fundamental; unos episodios en los que nos introducimos en lugares prohibidos donde se palpa la tensión entre apuestas y partidas de dados y naipes. Un ingrediente más con el que conocer una serie de datos que resultan interesantes acerca del mundo del juego.

El vocabulario utilizado en la narración, la maravillosa ilustración a color de Madrid en las guardas del libro, las descripciones de su callejero en las notas finales o el significado histórico de algunas expresiones al uso, además de una trama que atrapa de principio a fin, no me dejan otra opción que la de recomendar sí o sí esta novela; de la que he intuido y después comprobado que habrá una continuación..., que ya estoy esperando.

Porlomenix