Lejana estrella brillante

Opinión:

Ganadora del Premio Spur, ha sido reconocida como uno de los mejores westerns de la década.

Hay libros clásicos, interesantes, intrascendentes, divertidos y también están los diferentes de todo el resto. Y después vienen los necesarios, como "Lejana estrella brillante" de Robert Olmstead. Una novela que no es novela, sino un lienzo cuya tela soportará sentimientos y emociones más fuertes que la vida misma.

Esta es una historia del Oeste, un western de los de antes, duros, trágicos, de hombres cabalgando por zonas desérticas acompañándose siempre por un sol despiadado. Las descripciones son tan sublimes que logras a través de las palabras percibir el ardor del sol poniéndose y el sabor del polvo del yermo. El autor utilizó una prosa práctica y descarnada para llevarnos al año 1916, en la época de la excursión de punición del general Pershing que buscaba apresar a Pancho Villa en su propia tierra.

El veterano oficial Napoleón Childs lidera una banda de soldados muy particulares que van desde delincuentes, patriotas, cirujanos, asesinos, cristianos... tras los pasos del mítico Villa. Este inusual grupo es víctima de una encerrona de parte de combatientes ignotos en el límite, una milicia sangrienta dirigida por una mujer misteriosa que cabalga un magnífico caballo blanco. Será en ese momento cuando arrancará lo que es el corazón de la historia en ese combate que producirá el agotamiento y el castigo físico y mental del aguerrido Napoleón y sus hombres, retenidos por su propio sino de violencia y furia durante la época más convulsa de la revolución mexicana.

Dicen que acariciar desde lejos se le llama escribir, Olmstead dejó tiernas caricias detallando la agonía de un mundo en entera metamorfosis, la de los postreres militares de a caballo, justo antes de que la guerra pasara a ser mecánica y, claro está, incluso más letal.

Novela sólida y de buen ritmo, con un estilo espasmódico, repleto de poesía realista junto a violencia gráfica que describe el auténtico terror de la guerra, de soldados que no quieren morir, porque de esto trata el fondo de la bella obra, de la naturaleza humana y la necesidad de sobrevivir.

Por mi parte, fue un placer regresar al pasado, volver a esas persecuciones que se hacían a caballo, lo diferente que era todo de entonces ahora. Sentir lo que debió vivir ese oficial estadounidense sabiendo que no solo se le terminaba su tiempo, sino que también se marchaba una época de hombres duros y valientes. Vaqueros, caballos, incluso aviones, pero son las increíbles descripciones lo que envuelve sus páginas en auténtica belleza. Nunca jamás en mis años de lectora había leído esa manera de detallar un cielo nocturno.

Una novela corta que envuelve al lector en un sufrimiento que siente como propio. Disparos, gritos de hombres que saben que van a morir.

Extraordinaria.

Violeta Lila