Lecciones de química

Opinión:

Sin duda, una lectura muy divertida, que no cómica, de empoderamiento de la mujer a través de su protagonista, Elizabeth Zott, que, si tuviéramos que imaginárnosla en persona, lo haríamos como una mujer de mediana estatura, erguida, morena, con un aspecto cuidado pero sin exceso, vestida siempre con una bata blanca y zapato de medio tacón, labios y uñas de color rojo, pisando fuerte allá por donde va, e intelectualmente superdotada; sin ya tener que imaginárnosla, según lo que vamos descubriendo, es extravagante y excéntrica, descolocando a todo ser viviente que tuviera delante, sin dejarse pisar por nadie por carácter y por convicción, sin encaje alguno en la sociedad patriarcal y la mentalidad normativa de los años 50 basada en la idea de que la mujer es un ser inferior en capacidad e inteligencia cuyo papel era quedarse en casa con los niños, algo que sobradamente desmontaría sin pretenderlo. Se muestra también en contra de la renuncia a los apellidos propios cuando una mujer contraía matrimonio; o el freno que suponía el matrimonio y los hijos para las mujeres que querían triunfar en sus carreras.

Perseverante y tenaz hasta la extenuación, recientemente había leído que en cierto país ambos progenitores trabajaban y participaban por igual en la crianza de los hijos; ella se imaginaba viviendo en una sociedad así, un país en el que los hombres no se atribuyeran los méritos de su trabajo y no descalificaran ni despreciaran su trabajo, todo ello venido de esas ideas socioculturales de inseguridades y prejuicios masculinos. Iba contra el desprecio de esas personas que conformaban el grueso de las empresas, gente que desempeña un trabajo normal y que de vez en cuando asciende a puestos directivos con resultados poco destacables (nuestra ingenua protagonista se daría de bruces si supiera que en el año 2023 seguirá ocurriendo). Con estas características, y como es habitual incluso hoy en día en el momento en que te sales de la norma…, era una persona solitaria, no se le daba bien hacer amistades y rechazaba cualquier invitación de algún chico a salir con él, especialmente tras un episodio de agresión sexual por su superior.

Con su firme decisión de que nadie le impediría alcanzar sus objetivos dentro de esa discriminación sexual, su día a día transcurre, divertidamente para el lector, dentro del Instituto de Investigación entre conversaciones sobre reacciones químicas hasta en lo más rutinario de su vida diaria, encontrando explicaciones basadas en la razón de la química para todo. Una vida entre teorías físicas y químicas, y planes maquiavélicos de sus compañeros contra ella como si de una conspiración se tratase. Sin embargo, a pesar de ser tan "científica", no podrá evitar tener sentimientos que la química no podrá explicar. Contra todo pronóstico se enamorará de otro científico del Instituto de Investigación donde ambos trabajaban, una eminencia que había marcado un hito en el mundo de la química, un motivo más para sufrir la animadversión del resto por la felicidad que les había tocado en suerte. Conseguirían despedirla con motivo de lo que ella llamaría "un fracaso de la contracepción", un motivo totalmente carente de lógica justamente sobre ella, una persona dedicada a la ciencia, y que tendrá por nombre Madeleine, una preciosa hija, que, de tal palo tal astilla, sería una niña precoz con la capacidad de leer desde los 3 años lo cual la diferenciaba del resto de los niños; sin embargo, aun siendo demasiado pequeña para ello, fingía continuamente porque para ella lo más importante del mundo era encajar, algo que había aprendido gracias a su madre, quién nunca había encajado.

Gracias a este "fracaso" y, de forma fortuita, le llega la oportunidad de aplicar su química a un ámbito puramente casero y del que tanto huyó: un programa de cocina para amas de casa, y como no podría ser de otra forma, poco tendría ella en común con la imagen de madre abnegada y esposa sexy que todo hombre desea ver al final de la jornada y pretendían que interpretara. Claramente, ella no estaba dispuesta a perpetuar el mito de que las mujeres son tontas del bote o incompetentes, y con su bata como delantal y su instrumental especializado, en lugar de comunes sartenes, se mete al público femenino en la manga con sus excentricidades, mezclando recetas de cocina con episodios cómicos de su vida siempre desde su concienzuda posición de defensa hacia las amas de casa, con respuestas e intervenciones políticamente incorrectas para la norma de esa época y, lo más importante, mostrándose como una mujer que impone respeto y a la vez es respetada. El éxito del programa empezó a crecer exponencialmente y después de eso vino mucho más, llegaron entrevistas en revistas y publicaciones prestigiosas.

Sin embargo, el arrojo no lo será todo en la vida y la realidad la atropellará sin que se dé cuenta y sin respuestas químicas que aplicar. Iremos conociendo de forma intercalada la historia de las personas que la rodean, no exentas de su "aquel" cada una de ellas. Descubrirá que no solo es científica, sino mucho más. Todo el mundo necesitamos ayuda de los que nos rodean para conseguir lo que anhelamos; tal vez ella, porque nunca se la habían ofrecido, se negaba a creer en ella. Sin embargo, la vida no es una hipótesis que pueda probarse una y otra vez sin consecuencias. La relación con estas personas es lo poco que se escapará a su razón, y se irá desarrollando entre lo que parece la trama principal, pero que cobran gran peso especialmente emocional, que llegarán incluso a eclipsar la historia más excéntrica, divertida y frívola.

Una narración adictiva y muy entretenida donde nos daremos cuenta de que, desde el año 1952 que empieza a transcurrir la historia, hasta el 2023 en el que nos encontramos, pequeños logros hemos ido consiguiendo, pero estamos aún en la primera etapa de un camino largo de varios kilómetros por delante.

Belén Flores