Las puertas de Atenas

Opinión:

"Las puertas de Atenas" empieza fuerte: con los soldados atenienses dirigiéndose a toda prisa hacia Maratón, donde, a pesar de que no tenían las de ganar y que su máximo dirigente, Milcíades, estaba sobornado, tuvieron una gran victoria gracias a que Jantipo desobedeció órdenes. No se dan grandes detalles de las batallas al centrarse el punto de vista en personajes concretos, pero mucho de lo que ocurre en ella afecta a la trama posterior.

Tras esta parte de batallas pasamos a una etapa en la que la lectura se centra en la democracia ateniense y todos los fallos que tenía. Se hace a través de los movimientos políticos de Temístocles para que la ciudad se arme y, de paso, poder enriquecerse y deshacerse de sus adversarios políticos, Jántipo y Arístides, para convertirse en un tirano en la sombra. Cosa curiosa (y rigurosamente cierta), cuando la amenaza persa volvió a hacerse evidente, él no dudó en convencer a la ciudad de que anulara el destierro y ellos no dudaron en acudir en ayuda de la patria que tan injustamente los trató.

A partir de ahí, vuelve a haber una parte de estrategias y batallas, en la que habla sobre todo de la parte naval, aunque no descuida lo que ocurrió en las Termópilas y otros puntos de vista como el del propio Jerjes, finalizando con la evacuación de Atenas tras darse por perdida.

Tenemos, pues, un libro repleto de política, grandes batallas, movimientos militares brillantes y personajes bastante típicos de la época que se mantienen unidos frente a un enemigo común, aunque tengan motivos para matarse entre sí. Conocemos también la personalidad de la ciudad de Atenas y sus peculiaridades, en contraste con Esparta, en la que apenas se profundiza y que se usa más a modo de comparación.

Los personajes principales, Jántipo y Temístocles, y en menor medida Cimón y Arístides, que también tienen su punto de vista, fueron cruciales para la historia y eran lo bastante peculiares como para hacer la lectura interesante. No obstante, se centra tanto en ellos que los personajes de su alrededor y los acontecimientos que no les afectan directamente en el momento se difuminan.

En definitiva, es una novela amena que toca muchos aspectos de interés sin llegar a profundizar en ninguno de ellos.

Déborah F. Muñoz