Las brujas de Monte Verità

Opinión:

"Las brujas de Monte Verità" es una novela que combina la ficción y el ensayo, escrita por Paula Klein. La autora nació en Buenos Aires, es doctora en literatura comparada, licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y máster de la École des Hautes Études en Sciences Sociales. Actualmente, reside en París y es profesora titular de la Université Clermont Auvergne.

La historia ficticia empieza con Verónica, una mujer argentina exiliada en París. Es profesora de arte y trabaja en la universidad, pero no tiene una estabilidad laboral. Está casada con Adrien y han sido padres hace poco de Nico. La sensación que tiene de ser ninguneada en el trabajo, sus tareas del día a día como madre la deprimen y la manera que encuentra para evadirse de la incomodidad que siente hacia ella misma, es investigando sobre la vida de las fundadoras de Monte Verità. Mujeres que quisieron ser libres, y que seguramente, es en el fondo lo que Verónica añora.

Los fragmentos de la novela dedicados a la investigación sobre Monte Verità me han parecido interesantísimos. No había oído hablar de esta comunidad y ha sido un agradable descubrimiento. Monte Verità, que significa la Montaña de la Verdad, fue el nombre que un grupo de hombres y mujeres, partidarios del vegetarianismo, el nudismo y el amor libre, dieron a la colina donde establecieron su colectividad. Pregonaban una filosofía de vuelta a la naturaleza y a un matriarcado primitivo. Los monteveritanos, como eran conocidos, fueron los precursores del flower power, el movimiento hippy de los años sesenta.

Las mujeres que formaron parte desde el principio de esta utopía fueron tres: Lotte Hattemer, Ida Hofmann y su hermana Jenny. Posteriormente, se unieron más, como Mary Wigman, una bailarina y coreógrafa alemana, alumna de Rudolf von Laban, y que durante ese tiempo compuso su "Danza de la bruja". Mujeres feministas y con gran anhelo de libertad en un mundo profundamente misógino. Monte Verità acabó siendo un experimento que desde el principio ya tenía pocas garantías de éxito. Verónica se cuestiona y analiza en qué momento las buenas intenciones se vinieron abajo, y si toda utopía está destinada al fracaso. Todas estas reflexiones acompañan al lector ofreciendo una lectura atractiva y provechosa.

Verónica decide visitar Monte Verità con dos amigas: Diana y Josefina. A Adrien le dice que el viaje es para investigar sobre una colonia precursora de los hippies, y que quiere averiguar toda la información que pueda para el libro. Pero en el fondo, lo que necesita es distancia, estar a solas consigo misma para aclarar sus sentimientos. Es también un viaje interior que le permite replantearse su matrimonio, y el pasar unos días lejos de su hijo, la inducen a reflexionar sobre la maternidad. Lo que descubre de la colonia durante el trayecto la encaminan a meditar sobre el feminismo, la libertad sexual, el poliamor y la vida dedicada a la naturaleza.

Las dosis de ficción y de ensayo están muy bien equilibradas. El ensayo no se hace pesado, al contrario, cada información se recibe con ganas. Y la parte de ficción la sazona con una pizca de misterio que la hace muy seductora. El lenguaje está cuidado y fluye sin tropiezos. Para mí, esta historia tiene un halo mágico que quizás se debe a la magia y el encantamiento que envuelve y sostiene los inicios de toda utopía. Una novela que con gusto recomiendo.

M. Zeta