Las bestias de bronce (Los lobos de oro 3)

Opinión:

"Las bestias de bronce", de Roshani Chokshi, es la última entrega de la saga "Los lobos de oro".

Tras los acontecimientos narrados en "Las serpientes de plata", el equipo ya no es el mismo. Enrique, Laila, Hypnos y Zofia viajan a Venecia para tratar de encontrar a Séverin, pero apenas tienen pistas. Laila, muy dolida, ha destruido el mnemoinsecto, que Séverin les dejó explicándoles lo que realmente había sucedido en el palacio de hielo.

Séverin, mientras tanto y bajo la atenta vigilancia de Ruslan, trata de encontrar el templo que les ofrecerá la divinidad. El precio a pagar por conseguirla, sin embargo, será uno que quizá no esté dispuesto a asumir.

Me ha encantado esta tercera parte de la saga. En primer lugar, porque no solo se desarrolla en Venecia, una de mis ciudades favoritas, sino en la isla de Poveglia, uno de los lugares más encantados del mundo, conocido como la isla de los fantasmas o la isla del no retorno.

También porque tras el desánimo inicial se estrechan nuevos lazos entre el equipo. Todos quieren salvar a Laila y harán lo imposible para lograrlo; incluido el superar sus recelos y reunirse con Séverin. Aunque ya no confían en él, saben que sin su ayuda no podrán conseguirlo.

Como ya sabréis, cada uno de los miembros del equipo tiene su encanto especial, pero en esta ocasión hay dos que brillan especialmente: Enrique, que consigue dejar atrás todas sus inseguridades y descubre su gran valía como historiador; y Zofia, que se convertirá en la luz que saque de la oscuridad al equipo en más de una ocasión.

Al igual que en los dos libros anteriores, hay mucha acción, leyendas e inventos forjados que traerán de cabeza a uno y otro bando. Pero también, mucho amor: el de Séverin y Laila, almas gemelas, pese a la complicada relación que han mantenido en el pasado; y otro romance sorprendente que despierta mucha ternura y ayuda a rebajar la tensión por todos los problemas que encuentran Séverin y los suyos en la búsqueda de la cura para Laila.

Un magnífico broche de oro a una saga sorprendente y muy original.

Ana G. Aranda