Lágrimas de oro

Opinión:

"Lágrimas de oro" presenta dos hilos argumentales distintos (el que comienza en 1524, muy bien ambientado, y el de 2019) con dos puntos de vista cada uno (el de Pizarro y los incas por un lado y el de la teniente y el ladrón por otro). Es por ello por lo que hay numerosos saltos entre capítulos, aunque no se han sabido aprovechar los puntos de máximo impacto y, cuando se pasaba a otro punto de vista distinto, en general no sentía la urgencia de volver al que abandonaba, sobre todo en la parte de presente.

La trama de pasado centrada en los incas es sin duda la que más me ha gustado, porque nos narra cómo los incas entraron en una guerra fratricida y tiene mucho movimiento. Curiosamente, tenían una profecía que anticipaba la llegada de los Viracochas (con muchos rasgos de los españoles) y su guerra interna sin duda fue lo que logró que la conquista española fuera tan sencilla. Lo bueno de esta parte es que conocemos muchos detalles sobre la cultura inca y sobre los últimos años de su esplendor, y resulta muy curioso.

La parte de Pizarro, aunque también muy bien documentada, tiene menos tensión. Les acompañamos en sus penurias y en sus problemas internos, pero no se profundiza lo suficiente como para conocerlos más allá de sus dinámicas, y sus avances son bastante lentos hasta que empiezan a tener más contacto con los nativos y entran en el juego político inca.

En la parte de presente, por su parte, me gusta que tuviéramos capítulos de las dos partes, la de la investigación sobre el collar y la del ladrón que quiere un documento que demuestre su incalculable valor pero que está en manos de un tipo peligroso. Aun así, teniente y ladrón son personajes tan estereotipados (mujer volcada en su trabajo que tiene un vacío y delincuente carismático) y el ladrón juega tan en el límite que la trama se vuelve bastante predecible.

En definitiva, es una historia amena y la parte de los incas es muy interesante, con muy buena documentación, aunque otras partes no motivan tanto.

Déborah F. Muñoz