La última sultana

Opinión:

"La última sultana" es una novela muy literaria que nos traslada a los interiores desconocidos de la Alhambra, donde vivían las mujeres. No es mucho lo que se sabe sobre Morayma, ni sobre la mayoría de esas mujeres que acompañaron a los sultanes a lo largo de los años, pero sí que se nota que la autora se ha documentado muchísimo y que prima el rigor histórico, con las inevitables licencias narrativas.

La novela se centra mucho en descripciones y detalles de la vida cotidiana de esas mujeres, y conocemos su forma de pensar a través de la protagonista, Morayma, que, tras una feliz infancia en Loja, cambia su vida para siempre al convertirse en la esposa de Boabdil, el que sería el último sultán de Al-Andalus.

Desde el primer momento se aman profundamente, así que de esa parte apenas encontramos conflicto hasta el final, en que Boabdil toma una decisión que ella no soportará. También esperaba más juegos de poder entre las mujeres, pero desde el primer momento se gana la fidelidad de su esclava cristiana y hace piña con su suegra (el personaje más potente e interesante del libro), lo que tiene como consecuencia un breve enfrentamiento verbal con la favorita del sultán y acelera los planes de esta para deshacerse de los principales impedimentos para su primogénito: los demás herederos. Fuera de eso, la relación entre los personajes femeninos es de sororidad.

En el juego de poder de los hombres sí que hay algo más de chicha, porque los cristianos no necesitaron esforzarse demasiado: el enfrentamiento entre Boabdil y su padre tuvo serias consecuencias para el reino. Las mujeres (especialmente Morayma) no tuvieron mucho poder de influencia en ese ámbito, pero por supuesto sufrieron las consecuencias. Pesa aquí también mucho la sensación de desarraigo de Morayma, que no llega a acostumbrarse a un hogar y ya tiene que huir o regresar a otro, que echa de menos a su familia y se siente culpable por las promesas incumplidas que hizo a su hermana.

Otro tema importante es el de la maternidad, algo muy importante para Morayma y su suegra, que llegan a recurrir a una matrona para que ayude a la concepción de un heredero. Las descripciones de todas las etapas de la maternidad por las que pasa la protagonista, incluido el parto y sus dolores, son muy extensas, y pesa mucho en la construcción del personaje esa faceta maternal.

Tanto detalle hasta en las cosas más comunes y cotidianas mezclados con la narración de los hitos clave contrasta vivamente con el final del libro, apresurado y cortando prácticamente una década de la vida de Morayma, justo una que además fue muy convulsa, ya que fue cuando Granada acabó de desmoronarse. Cierto es que corta en el momento más bajo de Morayma y que está la excusa de que narra la historia postrada en la cama por una enfermedad a la que no va a sobrevivir, pero eché mucho de menos que Andrea D. Morales se extendiera en esa parte, no solo porque la parte política es interesante, sino porque también hubiera sido un plus saber más sobre la dinámica de la relación con su nuevo hijo y cómo el matrimonio evolucionó tras los dramas sufridos.

En definitiva, es una historia muy bien escrita y centrada en la parte más sentimental, femenina y oculta de los últimos años de Al-Andalus, aunque la falta de desarrollo del final lo estropea un poco.

Déborah F. Muñoz