La última novela

Opinión:

"La última novela", obra experimental de David Markson es una ejecución de la "estética de lo fragmentario", postulado que abraza lo intermitente e incompleto como un espejo de la condición humana. Recientemente publicada por Sexto Piso, esta novela destaca como un testimonio de la capacidad de Markson para trascender la narrativa tradicional y buscar en sus límites.

David Markson, (1927-2010), fue un novelista estadounidense conocido por su narrativa posmoderna y experimental. Su obra fundamental es "La amante de Wittgenstein", que Sexto Piso nos ofreció en 2022 y reseñada en este mismo portal. Mantiene una habilidad constante para explorar la condición humana a través de una narrativa que desafía las convenciones, característica que se destaca en "La última novela".

La obra se desarrolla en un apartamento de Manhattan, donde un novelista sin nombre se enfrenta al crepúsculo de su vida. El escenario es mínimo, pero el alcance de la narrativa es vasto, abarcando la amplitud de la experiencia humana. El lector encuentra una secuencia de frases que circulan entre el aforismo, la reflexión y la información curiosa o directamente azarosa, como un flujo de pensamiento deliberadamente interrumpido por la elección del autor de fragmentar el texto, acaso como reflejo de la propia realidad rota del protagonista.

Lo que ofrece Markson no es una novela al uso sino un collage de momentos, algunos tiernos, otros trágicos, la mayoría iluminadores. Cada fragmento, ya sea una cita, un dato o un pensamiento fugaz, es una pieza de un rompecabezas más grande. El de la mente del novelista que nos habla. La novela desafía a los lectores a unir estos fragmentos, al igual que el protagonista pretende unir los restos de su vida y legado.

El mérito de la pieza radica en su capacidad para ser caótica y coherente al mismo tiempo. Lo que parece ser un surtido aleatorio de pensamientos revela gradualmente una estructura compleja. Los fragmentos se entrelazan, cada uno añadiendo profundidad a los demás, hasta que emerge una imagen de la vida del novelista. Tras esta aparente incoherencia hay una reflexión sobre la muerte, la creatividad y el acto de escribir. La novela resuena con el miedo a la muerte y el asombro de haber vivido. Es una meditación sobre lo que significa crear arte frente al olvido.

Se trata de una propuesta que exige compromiso por parte del  lector, pues tendrá que explorar los fragmentos y descubrir las conexiones ocultas.

Rafael Ruiz Pleguezuelos