La Revolución Cultural

Opinión:

"La Revolución Cultural" (Acantilado, 2025), tercer volumen de la trilogía de Frank Dikötter sobre la era de Mao Zedong, cierra con contundencia un ambicioso proyecto historiográfico que ha reconfigurado profundamente la imagen del comunismo chino a ojos de Occidente. Con esta llamada "trilogía del pueblo", cuyos dos primeros volúmenes fueron "La gran hambruna en la China de Mao" (Acantilado, 2017) y "La tragedia de la liberación" (Acantilado, 2019), Dikötter ha ofrecido una renovación de los estudios sobre la República Popular China, gracias a su acceso pionero a archivos oficiales desclasificados y a su compromiso con una historia social que pone el foco en las experiencias individuales, más allá de las estructuras ideológicas o institucionales. De hecho, el propio autor, que es profesor de Historia Moderna de China en la SOAS (Universidad de Londres) y catedrático de Humanidades en la Universidad de Hong Kong, ha defendido una lectura crítica del maoísmo, alejada tanto de las versiones propagandísticas como de los relatos excesivamente estructuralistas.

El presente volumen se centra en el periodo comprendido entre 1962 y 1976, con especial atención a los años más intensos de la Revolución Cultural (1966-1976) en China, una década marcada por la violencia, la represión y el caos social. En este contexto, Frank Dikötter examina el punto de inflexión que supuso para Mao la debacle del Gran Salto Adelante y la amenaza latente de una posible revisión póstuma de su figura, similar a la desestalinización soviética. Temiendo ser desautorizado por sus sucesores, y ante la constatación de que el hambre forzaba ya a ciertas provincias a redistribuir tierras de forma autónoma, Mao inicia un nuevo proyecto de purga ideológica a gran escala, para el cual se apoya en figuras fieles como su esposa Jiang Qing, Kang Sheng, Yao Wenyuan y Zhang Chunqiao (la futura "Banda de los Cuatro"), y en la colaboración del jefe del Ejército, Lin Biao, que militariza la vida civil bajo consignas de reeducación política y moral.

A partir de una ingente base documental (archivos locales, actas del Partido, testimonios orales, memorias y correspondencia privada), Dikötter construye una crónica rigurosa de estos años, que alterna el análisis político con la reconstrucción minuciosa de vidas individuales truncadas, desplazadas o silenciadas por el engranaje del terror revolucionario. Por ejemplo, el historiador documenta con precisión el modo en que el Partido incitó primero a los estudiantes a denunciar a sus profesores y a convertirse en Guardias Rojos, y cómo esa lógica de la sospecha se extendió rápidamente a las fábricas, los pueblos, las oficinas, e incluso al interior de las familias. La lógica de la revolución permanente dejó una estela de humillaciones públicas, torturas, suicidios forzados y desplazamientos masivos, cuyos efectos psicológicos, sociales y económicos marcaron a toda una generación.

Dikötter no solo atiende a la represión urbana ejercida por los Guardias Rojos y las luchas entre facciones, sino también al impacto que tuvo la Revolución Cultural en el campo chino, donde millones de jóvenes fueron enviados a aprender de los campesinos y donde, paradójicamente, comenzó a gestarse el abandono del colectivismo. Uno de los aportes más sugerentes del libro es, de hecho, la forma en que documenta esa "revolución desde abajo", mediante actos cotidianos de desobediencia, redes de intercambio clandestino y decisiones administrativas locales que anticiparon, de forma no oficial, el giro económico de la China posmaoísta. En este sentido, Dikötter demuestra que la Revolución Cultural, aunque pretendía reafirmar el culto a Mao y asegurar su supremacía ideológica, acabó erosionando de forma irreversible los cimientos del maoísmo, hasta el punto de que sus sucesores, especialmente Deng Xiaoping, no dudaron en condenar la campaña, juzgar a la Banda de los Cuatro y abrir un nuevo ciclo de modernización económica.

Lejos de limitarse a describir una tragedia, Frank Dikötter reivindica, desde una mirada lúcida y sin concesiones, el papel de los individuos que en medio del colapso comenzaron a construir otra China. De esta forma, el autor restituye las voces silenciadas y las fisuras del relato oficial, y defiende así una historia social de los totalitarismos que no pierde de vista el sufrimiento y la resistencia del pueblo.

*Publicado por Editorial Acantilado.

Darío Luque