Anika entre libros

La púa de rastrillo

Ficha realizada por: Cristià Serrano
La púa de rastrillo

Título: La púa de rastrillo
Título Original: (De foc i de sang, 2018)
Autor: Víctor Català
Editorial: Club Editor
Colección: La Montaña Pelada


Copyright:

© 2021, herederos de Caterina Albert i Paradís

© 2021, Nicole d'Amonville Alegría, por la traducción y el epílogo

© 2021, Lluïsa Julià, por la selección

© 2021, Club Editor 1959, S.L.U., por la edición

Traducción: Nicole d'Amonville Alegría
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2021
ISBN: 9788473293150
Tapa: Blanda, Bolsillo
Etiquetas: antología violencia dinero amor relatos drama misterio feminismo mujeres literatura española pintura recopilatorio de autor recopilación pobreza violaciones vida rural homosexualidad juventud vejez modernismo injusticias libertad prosa poética maldad riqueza herencia
Nº de páginas: 288

Argumento:

Once relatos reúne esta preciosa antología de una de las voces literarias más grandes del siglo pasado y de las letras catalanas. Relatos donde se fusionan la belleza y el dolor, el amor y la tragedia o la bondad y la maldad, y todo ello en un ambiente rural y bucólico.

 

Opinión:

 

Caterina Albert (1869-1966), más conocida como Víctor Català , es una de las joyas más preciadas en la literatura catalana. También representa a la vez una de las figuras más defenestradas: tuvo que adoptar un seudónimo masculino para dedicarse a la escritura tras ver cómo perdía los Juegos Florales de Olot en 1898 cuando el jurado supo que la obra había sido escrita por una mujer. Persona rebelde, artista de pies a cabeza (empezó con la pintura), llegó a enfrentarse al proyecto de normalización lingüística del catalán moderno que llevó a cabo Pompeu Fabra durante la segunda década del pasado siglo. Su lenguaje es único, mezclando el catalán antiguo y popular con el moderno.

La editorial Club Editor publicó en 2018 la obra De foc i de sang, y ahora la misma editorial lanza una traducción al castellano con el fin de revisitar y revivir la figura de esta gran artista. Son once cuentos recopilados por Lluïsa Julià, doctora en filología catalana. Constituyen un recorrido de 50 años en la obra de esta genial escritora, cuentos que van desde Drames rurals (1902) a Jubileu (1951). Es un viaje que se enmarca en épocas importantes para la historia catalana (la Semana Trágica Catalana, la Segunda República, el franquismo...), y que se sitúa en el mundo rural, con una gran presencia femenina. La gran mayoría de los relatos están protagonizados por mujeres, quienes sufren los infortunios de un mundo cruel y despiadado. Sin duda alguna, la escritora podría ser una gran aliada para el feminismo.

Sus finales son geniales. Calificada por Laura Borràs como <<la Quentin Tarantino de la literatura catalana>>, es una persona despiadada, que no se casa con ninguno de los protagonistas. La vida es así a veces: dura, cruel, accidental, enigmática. Sus personajes podrán vivir un amor muy bonito, sentirse libres en el mundo, creerse ricos y a salvo. Da igual, pues viene la vida y te clava la estaca. Y Víctor Català fue un genio en ese aspecto, capaz de presentar una vuelta de tuerca inesperada, un final apoteósico, de aquellos que sorprenden sobremanera y te hacen querer más. Si ella viviese ahora en estos tiempos de series y remakes, sería sin duda alguna una de las figuras más famosas en todo el mundo.

Posee una maravillosa poesía. Poesía en movimiento. Su lenguaje particular (y rebelde, como se mencionaba antes con respecto a la normalización lingüística del catalán) convierte a su léxico en un léxico diferente, único. En un sello propio. Es poesía convertida en prosa, lo que comúnmente se conoce como prosa poética. Su traductora, Nicole d'Amonville, se ha encargado a las mil maravillas de mostrar ese léxico diferente, con la presencia de un castellano un tanto catalanizado y con la presencia también de palabras un tanto en desuso. El lector/a, efectivamente, tendrá cierta dificultad en entenderlo al cien por cien, lo que seguramente le obligará a coger el diccionario y enriquecer el vocabulario, sobre todo con términos referentes al mundo rural y a objetos del siglo XIX. Sin embargo, la belleza de sus palabras, el discurrir de la poesía, encantará a muchos y muchas.

Además, hay que destacar la gran capacidad de la autora en describir. Sus descripciones son toda una belleza. Realmente se nota que dedicó gran parte de su vida a la pintura, algo que traslada a las mil maravillas en su literatura, con la creación de un cuadro que uno tiene la sensación de estar tocando, o de, incluso, estar allí presente. En otras palabras, un auténtico genio de la literatura.

Esta obra incluye La infanticida, la obra de teatro que precisamente ella iba a ganar en los Juegos Florales de 1898 pero que no resultó así por ser mujer. También hay un epílogo de la traductora, un epílogo efectivo y brillante de situar y describir al lector/a quién fue Víctor Català. 

Caterina Albert empezó a brillar ya desde que le denegasen su primera obra de teatro (que no se actuaría hasta después de su muerte). Su gran novela es Soledad, todo un clásico que se estudia en muchas de las escuelas catalanas. 

 

Cristià Serrano

 

 

 

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