La nieta

Opinión:

Aunque su nombre no sea demasiado conocido entre el público hispánico, lo cierto es que la prosa de Bernhard Schlink ha tenido una excelente proyección internacional desde que publicó "El lector" (1995), novela seudoautobiográfica que mezcla elementos sentimentales con la historia reciente de Alemania. La obra, que fue galardonada con diversos premios (como el Hans Fallada, el Weilt o el Ehrengabe de la Sociedad Heinrich Heine, así como el Grinzane Cavour en Italia y el Laure Bataillon en Francia) se ha convertido en un clásico moderno, además de ser durante años un extraordinario bestseller internacional. Tanto es así que, en años más recientes, Schlink ha continuado explorando los temas de la historia alemana y la complejidad moral de sus personajes en novelas como "El fin de semana" (2011) y "Olga" (2018), a las cuales se suma ahora "La nieta", una nueva muestra de su capacidad para explorar las complejidades de la condición humana, siempre desde una aguda comprensión de los dilemas morales.

En esta ocasión, Schlink ha recuperado algunos de los motivos más exitosos de sus obras anteriores para reflejar nuevamente, por medio de una trama sentimental, los dramas más angustiosos de la sociedad alemana. El pretexto narrativo de "La nieta" no es original, pero dará pie a una historia interesante, con giros argumentales y personajes muy bien construidos. Así, la novela se inicia con la inesperada muerte de Birgit y con el desvelamiento del secreto que ella misma había guardado durante toda su vida: la existencia de una hija secreta a la que abandonó muchos años atrás. Kaspar, el marido de Birgit, deberá en primer lugar reconstruir la biografía de su difunta mujer, para lo cual contará con unos escritos inéditos que dejó ella antes de morir. Allí descubriremos cómo era su vida en la Alemania Oriental y cómo fue su primer encuentro, poco después de terminar ella una relación con un hombre que ya estaba casado. Aunque Kaspar ya conocía muchos de estos datos, así como su huida hacia el Berlín Occidental para estar juntos, en las palabras de su mujer encontrará también la confesión más temida: un insospechado embarazo y el abandono de su hija recién nacida mientras ella huía por amor hacia una ciudad más libre.

Una vez terminado el relato autobiográfico de Birgit, la novela se centra por fin en Kaspar y en su empeño por encontrar a Svenja, la hija perdida de su mujer. El encuentro se producirá mucho antes de lo que el lector se imagina, pero no en las condiciones esperables, puesto que Svenja, ahora adulta, vive en una comunidad rural y está casada con un neonazi. Es más: ambos tienen una hija, Sigrun, que ha sido educada bajo los valores nacionalistas y radicales de sus padres. Pese a estas diferencias ideológicas, que desde un primer momento supondrán un gran obstáculo en su intento de recuperar la familia perdida de Birgit, Kaspar se esforzará por convertirse en el abuelo de Sigrun, hasta el punto de recibirla largas temporadas en su casa, que él aprovechará para meter la literatura y la música en la vida de la adolescente.

Así pues, Bernhard Schlink teje una trama que no solo aborda las complejidades de la historia alemana y las consecuencias de la división del país, sino que también explora temas universales como el amor, la pérdida y la redención. Cuatro personajes tan complejos, con tantos matices y claroscuros, como Kaspar, Birgit, Svenja y Sigrun, permiten al autor reflexionar sobre la naturaleza humana y, especialmente, sobre los valores y las diferencias que nos separan. Con una prosa conmovedora y magistral, "La nieta" es una novela que deja una profunda impresión en el corazón y en la mente del lector; y, con ello, se confirma una vez más el talento excepcional de Schlink como uno de los mejores narradores de su generación.

Darío Luque