Anika entre libros

la masculinidad robada

Ficha realizada por: Salvador J. Tamayo
la masculinidad robada

Título: la masculinidad robada
Título Original: (la masculinidad robada, 2011)
Autor: María Calvo
Editorial: Almuzara


Copyright: © María Calvo Charro, 2011
© Almuzara, 2011
1ª Edición, Septiembre 2011 ISBN: 9788415338161
Etiquetas: aprender aprendizaje educación

Argumento:


María Calvo   plantea en este ensayo la forma en la que los puestos de liderazgo en la sociedad, poco a poco, están siendo tomados por mujeres e incluso adaptados para las propias mujeres. Se centra en las diferencias biológicas, reflexiona sobre la concepción cultural de la masculinidad y se centra en la forma en la que los chicos son educados de forma errónea, con métodos educativos pensados por mujeres que en ellos, sencillamente no funcionan.

Opinión:


La autora es doctora en Derecho Administrativo, se ha formado en España y en Estados Unidos (Harvard) y gran parte de los ejemplos comparativos que aparecen en el libro, con los que trata de reforzar sus argumentos, son entre casos españoles enfrentados con estadounidenses.
 
La masculinidad robada es un libro que no deja indiferente a nadie, por la polémica que puede suscitar, aún en nuestros días, que esta ensayista afirme que: “Toda diferencia pertenece a la cultura, o es una construcción social” (p.32) o “que alguien la escuche es la mejor terapia de relajación de una mujer” (p. 65). Todas estas afirmaciones están perfectamente argumentadas, la autora no deja ninguna máxima al azar. Cada uno de los apartados en los que está dividido el libro responde a una de las siguientes cuestiones: Diferenciación biológica entre hombres y mujeres, incomprensión de los varones en las escuelas actuales, vida afectiva de los hijos y su relación con el padre.

El ensayo pone sobre la mesa un problema que denuncia María Calvo, problema importante, relacionado con la negación de la varonilidad en las escuelas y cómo está relacionado directamente con el fracaso escolar. Los chicos tienen una forma de aprender distinta, un ritmo distinto, unos instintos diferentes; por ello propone entre otras cosas, la separación en la escuela por géneros. “Existen varios modelos: separación total, separación salvo el recreo y el comedor y separación en algunas asignaturas”. Cuando estaba leyéndolo he de reconocer que me pareció a priori, un atraso y una aberración. Volver a separar a los chicos en pleno siglo XXI. Aunque según el argumento de la autora y los datos que plantea, no es algo tan descabellado: en USA tienen mejores calificaciones los chicos de escuelas separadas que el resto y el fracaso escolar descendió entre la comunidad afroamericana y latina. En Australia los alumnos de escuelas separadas tenían calificaciones entre 15-22% mejores que el resto. En Gales e Inglaterra de la lista de las 20 mejores escuelas, 13 eran escuelas separadas…

“En clases mixtas, su principal motivación es resultar atractivos a chicas, mientras que en clases exclusivamente masculinas se centran prioritariamente en los estudios” (p.134). María Calvo también incide en la figura del padre como modelo a elegir y “frases como: los niños no lloran, o los chicos tienen que ser fuertes, o incluso el hecho de que nunca hayan visto a su padre llorar o expresar emociones, puede provocar que el chico quiera seguir roles impuestos erróneos”. Los chicos, según la autora, necesitan estrechar relaciones de comunicación con los padres.
 
Al final del libro hace una diferenciación entre chicos y chicas y la forma en la que se relacionan entre ellos y con el otro. “Los chicos necesitan hacer el salvaje, juegos rudos, así se genera un vínculo de exclusividad, que los distancia de las chicas” (p.167)
 
Terminan reivindicando la masculinidad arrebatada por el cambio de paradigma y de valores y ofrece una receta para la felicidad de “nuestros hijos”: Autocontrol, Empatía y Espiritualidad. Podría llegar a estar de acuerdo si no fuera por la siguiente afirmación: “Los chicos que creen en Dios, sienten más esperanzas ante las situaciones difíciles. No confunden el amor con el sexo efímero y superficial. Huyen del relativismo y buscan la verdad, aprenden a diferenciar lo que está bien de lo que está mal. La espiritualidad les inculca el sentimiento del perdón”. Es curioso porque en esta última máxima no ofrece ningún dato objetivo como llevaba haciendo en el resto del libro.
 
La impresión general es bastante buena, la autora ha realizado un gran trabajo, formal, accesible para cualquier lector, plantea cuestiones polémicas sin ningún tapujo y ofrece soluciones. Que no está nada mal. 
  
Salvador J. Tamayo

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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