La invitada

Opinión:

"La invitada" es la historia de una joven sin moral cuyo único objetivo es la supervivencia. Tras haber quemado todos sus puentes en la ciudad, con deudas y un ex novio peligroso al que ha enfurecido, consigue seducir a un cincuentón que le invita a su casa de Long Island. Allí, sin más obligación que acompañarle a fiestas, pasa sus días disfrutando del sol y viviendo una vida de lujo, rapiñando pastillas calmantes y fingiendo ser lo que no es.

Todo esto cambia un día que comete varios errores que hacen que Simon pierda todo el interés en ella y decida mandarla de vuelta a la ciudad a la que no puede volver. Con el teléfono roto y una bolsa repleta con sus pertenencias, decide quedarse en la zona y buscarse la vida haciendo lo que mejor sabe: acercándose a las personas y engañándolas para conseguir cosas de ellas.

El problema es que Alex, de la que no conocemos de su pasado más que alguna pincelada, tiene un problema: es terriblemente autodestructiva. Lo de Simon no es una excepción, es la regla: en cuanto consigue ganarse la confianza de alguien, le roba, dice algo inadecuado o comete alguna estupidez que da todo al traste. Así que esos pocos días que tiene que aguantar en Long Island son inciertos, y encontramos mucho movimiento mientras va aprovechándose de una persona detrás de otra, haciendo tiempo.

El personaje es, pues, complejo y amoral, sin ninguna empatía. Roba, estafa y miente a los más vulnerables con el objetivo de sobrevivir. Creíble e interesante, salvo quizás ese componente autodestructivo tan exagerado y su empeño por no responsabilizarse de nada y hacer que otros se hagan cargo de los líos que monta, que no acaba de encajar en un personaje que por otro lado parece inteligente y capaz de mimetizarse de esa forma con cualquier entorno.

A lo largo de la novela vemos cómo la presión poco a poco va haciendo mella en Alex, convencida de que, si reaparece en la fiesta de Simon, este olvidará lo que le molestó y volverá a hacerse cargo de ella. Su ex está cada vez más cerca de encontrarla y las opciones se van reduciendo, pero el objetivo de la fiesta es lo único importante. Una fiesta en la que un final abrupto puede dejar al lector desconcertado, ya que es una decisión arriesgada por parte de la autora.

Pero, en definitiva, el final era lo de menos; nada podía acabar bien, de todas formas. Lo importante es su supervivencia durante esos días y todo lo que hace. Una historia curiosa con un personaje complicado, sin duda.

Déborah F. Muñoz