La herida que merezco

Opinión:

Tras "La linterna" y "Tus ojos tras la lluvia", Mav Alonso presenta su tercera novela, "La herida que merezco", una obra con un tono distinto a las anteriores, de corte más emocional y con una trama más fluida, pero con personajes potentes, tal y como nos tiene acostumbrados a sus lectores.

Conocemos a Tobías Medina, un joven atormentado que busca el alivio de su conciencia a base de sexo, peleas y drogas, pero nada parece funcionar. Conoce a Ariana Pallarés, una joven abogada, en comisaría, tras una noche complicada. La primera impresión de ambos no es buena, de hecho, el rechazo mutuo es evidente, pero las familias se conocen y no les quedará más remedio que tolerarse.

Ariana, la abogada profesional, fría y eficiente, se transforma completamente al salir del trabajo. Aparentemente, lo tiene todo, pero algo la atormenta tan profundamente que necesita escapar de ello, y lo hace de una forma muy parecida a la de Tobías.

Ambos están rotos y necesitan castigarse de alguna manera para huir del profundo dolor que les desborda; en el caso de Tobías, una dolorosa certeza le persigue, en cambio, en el caso de Ariana son las mentiras las que alimentan sus miedos más profundos.

La relación de esta pareja va cambiando a medida que se van conociendo. La atracción es evidente y pronto nacerá entre ellos algo muy profundo, pero los secretos y mentiras harán tambalear esa incipiente relación.

Veremos el lado más vulnerable de los protagonistas a medida que avanza la trama. Esas máscaras de indiferencia que ambos se han construido no serán suficientes para esconder el dolor que les aflige y que tiene que ver con el pasado de sus familias. Cuando caigan, veremos su verdadera transformación. Tocar fondo es el primer paso para remontar… ¿o no?

Todo se vuelve más interesante cuando aparece en escena Tino Ortega, haciendo que la tensión crezca y la intriga aumente. Este individuo sin escrúpulos no se detendrá ante nada para conseguir su venganza, aunque para ello tenga que hacer lo impensable.

En cuanto al padre de Tobías, estamos ante un personaje gris muy bien retratado. Lo que hace y por qué lo hace puede que no sea suficiente… ¿No os pica la curiosidad?

La trama resulta entretenida al principio, para después volverse más intensa y oscura a medida que avanza. Ese trágico pasado familiar cargado de mentiras pronto saldrá a la luz, haciendo que todo salte por los aires.

El sentimiento de culpa sobrevuela durante toda la novela -impregnando a todos los personajes en mayor o menor medida- dotando a la historia de una intensa carga emocional que llega a traspasar las páginas.

Mentiras, secretos, verdades que duelen, un pasado trágico y personajes autodestructivos que inevitablemente cautivan al lector.  Todo esto y más encontraréis en "La herida que merezco".

¿Una verdad que duele o una vida plagada de mentiras?

Yo lo tengo claro, ¿y vosotros?

Mónica CZ