La dama sin rostro

Opinión:

"La dama sin rostro" se mueve por una parte entre un pasado novelado, que se desarrolla entre 1860 y 1893, y por otra en la actualidad, con el recorrido detallado por una investigación que pretende documentar cómo fueron las circunstancias que propiciaron aquella importante donación.

La lectura de la solapa de la portada del libro, que dejé para el final, me ha mostrado a un autor, Julià Bretos, que ha investigado sobradamente acerca de la Sagrada Familia, sobre cuyo tema ha publicado anteriormente dos ensayos y dos novelas más, a cuyas obras se suma ahora esta, que constituye una nueva aportación, lo que personalmente definiría como un caso particular, sobre la temática general de sus investigaciones personales

La presentación de la historia en este formato de novela permite unas libertades que no tendrían cabida en un ensayo, donde la fabulación está de más y manda la concreción contrastada, de manera que se puede desarrollar una trama con las vidas de esos personajes de hace más de un siglo.

También ocurre parecido en lo tocante a la investigación actual, que adquiere un tono coloquial, con algunos toques humorísticos, aunque la reinterpretación de un lugar de Barcelona retirando parte de su nombre, desdice un poco sobre la integridad del resto de la información.

Sobre la novelización de la historia de esa protagonista escondida en su tiempo, nada que objetar, ya que resulta interesante, aunque las ganas de mantener la intriga sobre algunos aspectos de su vida llegan a ser extenuantes, más cuando la imaginación se va por otro lado con mucha facilidad.

Ahora bien, en cuanto a la investigación, una vez que coge impulso, todo va sobre ruedas, aunque a veces sean cuadradas, pero en su origen hay un juego de magia que, por arte de birlibirloque, encuentra una pista importante sin que se le vea ninguna razón de peso para que ese dato sea fundamental en lo que seguirá a continuación. Simplemente una explicación ahí hubiese complacido a quien esté leyendo el libro, que no tendría que revisar esas páginas cuatro veces en busca de una información inexistente.

Sea como sea, "La dama sin rostro" es una lectura entretenida, sobre todo si se toma como una novela ligera sobre uno de los monumentos más carismáticos de Barcelona.

Selin