La dama pálida

Opinión:

En los Cárpatos no sólo se escuchan relatos de Vald Tepes el empalador. También en las frías noches de invierno quedan momentos para narrar los crímenes de Erzsébet Báthory, conocida como la condesa sangrienta. No son inventos ni exageraciones para asustar a los niños, su vida fue una novela pura de terror acompañada de magia negra y torturas inhumanas, que se detuvieron cuando los tribunales húngaros juzgaron los horribles hechos que protagonizó Erzsébet en su castillo de Cachtice allá en el siglo XVII. Crímenes que cometió obsesionada con la eterna juventud. Esa doble vida de ser por un lado una viuda debiendo sacar adelante un castillo y sus posesiones mientras se bañaba con sangre. 

Es lo que me maravilla del mundo de los libros cuando crees que un tema escrito incansables veces ya no te puede sorprender. Pero cae en tus manos un nuevo ejemplar completamente diferente, reinventándose, contándote cosas nuevas de otra manera. Así lo hizo Mario Peloche, escribió ficción histórica, indagando en lo más oscuro de la condesa, profundizando a través de su vida, en esos últimos cuatro años y medio que pasó emparedada en su habitación. Utiliza una inmejorable documentación sobre el contexto histórico, a la vez que bucea en el mundo sobrenatural uniéndose al religioso de entonces.

Para narrarnos esta novela nos traslada al pasado, penetrando en la psicología de personajes complejos donde las historias se entretejen unas con otras, complementándose en una misma trama envuelta dentro de una atmósfera inquieta e incómoda. Crea tal desasosiego en el lector que este, aun sabiendo de los asesinatos, sentirá cierta pena por ella. Porque las palabras son tan bellas, desprenden tanta poesía, que llegamos a respirar el mismo aire insano de ese espacio de perpetua oscuridad. En esa habitación tapiada entró Mario, él es su voz en primera persona, con él sabremos lo que queda de su lucidez o de su locura.

Un narrador omnisciente seguirá los pasos de todos aquellos que tuvieron importancia en su vida, como su esposo Ferenc, al que apodaban "El guerrero negro", con quien vivió una relación de amor-odio. También sabremos de Fizkó, que le conseguía las doncellas o el papel que tuvieron los dos párrocos.

Recordará su infancia, con su padre, sus primos y la fascinación que sentía en la matanza del cerdo viendo al animal detener los latidos de su corazón entre chorros de sangre. La misma sangre que cayó en su mano al golpear a una criada y comprobar asombrada que esa parte de la piel se volvía más blanca. Rememorara el día de su boda, el amor a sus hijos, sus sufridos dolores de cabeza y sueños que le permiten regresar a su amado bosque, a sus criaturas… y es que ella siempre creyó ser Lilith.

Pesadillas, asuntos políticos, recuerdos, recuerdos y siempre el poder de la sangre impregnando cada página que pasemos. Una mujer que se rodeó de personas practicantes de magia y ocultismo, que desde pequeña vio torturar esclavos, dicen que de aquello que ves, aprendes.

Un autor que se puso en la piel de esa mujer y nos dejó esta magnífica novela, tan real como misteriosa.

Violeta Lila