La cuna de tejo

Opinión:

"La cuna de tejo" se mueve en un ambiente sombrío y tenebroso desde el principio. Son los personajes y también la casa, una mansión lóbrega por la propia decisión de sus propietarios, un matrimonio pudiente que ha vivido la pérdida de siete hijos, tras lo cual se ha enclaustrado entre sus paredes y eliminado cualquier luz de sus vidas, obligando a la servidumbre a recurrir a las velas y palmatorias como único medio de alumbrarse, pues hasta las cortinas están siempre echadas, en un aislamiento completo del mundo exterior.

Tal como se desarrolla la trama, se forma una novela coral, con participación de los diversos personajes en algún momento de la trama. Los habrá con más presencia, otros con menos; aunque muchas veces, serán las relaciones entre ellos, lo que marcará el ritmo de los acontecimientos. Ahora bien, no es que sea muy conveniente encariñarse con ninguno, puesto que habrá bastantes que no llegarán a la última página, pues esa oscuridad ya es malsana de por sí, sin contar con las propias historias que acarrean ellos mismos.

También colabora en esa sensación de novela coral el tránsito entre las escenas, que van saltando entre los personajes, cambiando el foco de la acción de uno a otro. He escrito escenas, porque dentro de cada capítulo hay una especie de apartados, como si fuesen subcapítulos, donde el texto acaba en una página y no continúa hasta la siguiente impar, dejando si es necesario una en blanco entre medio. Una peculiaridad un tanto extraña, que a veces piensas que te has saltado un inicio de capítulo, cuando no es tal.

Toda la narración es en tercera persona, mostrando las cuitas de los personajes, también sus circunstancias, a la vez que recuerda sus orígenes, sin dar mayor información que la que ellos mismos conocen, por lo que algunos misterios de la mansión tardan bastante en desvelarse, algunos incluso se tendrán que suponer por los diálogos o por sus propios pensamientos, cuando se hacen cábalas de lo que pudo haber ocurrido, porque aquí no hay nadie que suelte más prenda que la que le conviene, reservándose los propios secretos en lo más hondo de su ser.

Y si hay algo o alguien que sabe más, como una presencia que se oculta en el tejo, ese árbol que es muchas veces crucial en la historia, se lo guarda, aunque deje entrever algunos detalles, mientras manipula a quien tenga cerca para conseguir su propósito, que tal vez se desvele al final o tal vez no.

A mí me ha parecido que "La cuna de tejo" es una excelente novela, sobre todo para leerla una noche tormentosa, que entonces el ambiente exterior acompañará al que se forme en el propio lector, que asistirá así a una narración subyugante y atenazadora.

Selin