La audacia de ser Reina

Opinión:

Seguro que todas nos hemos imaginado de pequeñas cómo y qué seríamos "cuando sea mayor…". Y en esa imaginación, también seguro que nos convertíamos en lo mejor que se nos ocurría. ¿Lo hicimos? Probablemente nos quedáramos en la mitad del camino. ¿Qué pasó para que nos desviáramos? Empecé a leer "La audacia de ser Reina" con la idea de ver si provocaba un cambio mío personal en un área determinada y ver si encontraba recursos que pudieran ayudarme en ese objetivo, más que deseo. ¿Lo encontré? Más adelante os lo digo.

Bien por cuestiones sociales, culturales, familiares, etc., nos hemos familiarizado demasiado con eso de ponernos siempre en último lugar, pero a la vez ser las primeras en todo: la mejor madre, la mejor esposa, la mejor hija, la mejor amiga. Un poco contradictorio, ¿no? Por no hablar de esa idea que nos han metido en la cabeza de "necesitar agradar" a todo el mundo, o el instinto que tenemos de sentirnos incómodas al recibir, aunque sea un "qué vestido tan bonito llevas". Qué absurdo todo, porque, aunque nos pongamos en último lugar porque queremos siempre lo mejor para los nuestros, todas tenemos deseos, unas más grandes, otras a lo mejor es comprarse esas sandalias tan bonitas que ha visto en un escaparate; ¿qué ocurre si decimos que sí a esos deseos?

Es importante saber que, cuando viajamos en un avión, siempre nos dicen que en caso de despresurización de la cabina debemos ponernos nosotros primero la máscara de oxígeno y después al de al lado. Esto es porque si nosotros respiramos, podremos cuidar al de al lado. Si se la pones al de al lado antes, puede que a ti no te dé tiempo a ponértela y mueras, y entonces ya no podrás cuidar de nadie. Para poder cuidar a los demás, es necesario que tú estés bien. De lo contrario, no podrás cuidarle nunca.

A lo largo de la lectura, la autora se dedica a dar "consejos" con lo que ella ha extraído como enseñanza de los diferentes episodios de su vida y de personas con las que se ha ido cruzando, y a los capítulos les siguen ejercicios que consisten en dar respuesta a reflexiones relacionadas. Algunos de los enunciados clave que se pueden entresacar:

"Ten confianza en ti misma"; "Ten claro cuáles y dónde están tus límites"; "Lo que los demás digan de ti no es asunto tuyo"; "No pidas permiso"; "Discúlpate cuando te equivoques, si no, no lo hagas"; "Elimina a las personas tóxicas de tu vida"; "Dedícate tiempo a escuchar tus necesidades y deseos, y provéelas tú misma, no necesitas que vengan de ningún otro adulto"; "Si no te has sentido querida, quiérete tú y mímate con algo que te guste"; "Si no te has sentado cuidada, cuídate tú, prepárate un baño, cómprate una crema hidratante"...

En definitiva, date lo que necesites y conviértete en la mejor versión de ti misma.

También hay capítulos dedicados a la espiritualidad, la inmensidad del universo, las leyes universales que no tienen límite y manifestarán todo lo que deseamos, o las teorías esas de que todos tenemos una misión, que lo dejo a gusto del consumidor. Todo lo del párrafo anterior está muy bien, aunque yo solo he sacado en claro y encontrado un recurso útil a mi pregunta del principio: ACTUAR. Cualquier persona puede crear cualquier cosa que desea. No tienen que ser cambios radicales, pueden ser pequeños cambios: aprender a pintar, a escribir, cambiar la decoración de una habitación, ahorrar más todos los meses, o quién se anime, un trabajo nuevo, un coche nuevo, una casa nueva. Pero para cualquiera de ellos solo nos queda ACTUAR. Decide tus deseos y comprométete a hacer todo lo posible para hacerlas realidad con una política de cero excusas. "Los deseos nunca mueren".

Un par de frases del libro son suficientes para englobar el mensaje completo y son un gran acierto: "No te conformes con quedarte en Princesa; las princesas son ingenuas y siempre esperan ser salvadas por un príncipe. En cambio, una Reina es consciente de su poder y se encarga de proyectarlo a los demás".

Belén Flores