Justicia

Opinión:

Antonio Arzamendi soñaba con vivir su jubilación junto a su amada Rosa en Choroni, un paraíso caribeño. Esos sueños estallaron en pedazos cuando Rosa fue apuñalada mientras volvía a casa de la fiesta de despedida de sus compañeros de trabajo.

Osmany Arechabala, militar cubano retirado, fue testigo del crimen y está seguro de que no se trató de un robo con violencia, como afirma la policía. Así se lo hace saber a Antonio y decide ayudarle a encontrar al asesino de su amada.

El cadáver de otro hombre apareció esa misma noche. Su cuerpo yacía desmadejado junto a un banco en el que alguien había escrito la palabra «Justicia». Días más tarde, el asesinato de la hija de un acaudalado empresario de la construcción pone en guardia a la Ertzaintza.

Arechabala, Arzamendi y Borja Maruri, un investigador experto en fraudes fiscales contratado por la familia de una de las víctimas, tratan de descubrir quiénes se ocultan tras la ola de crímenes que azota la ciudad.

"Justicia", de Javier Díez Carmona, es una novela negra ambientada en Bilbao en la que una delgada línea separa la justicia de la venganza. ¿Podemos considerar que justicia es una venganza justa? Posiblemente, sí.

El alma de la novela es Osmany Arachebala, un hombre inteligente y muy bien entrenado, que abandonó su Cuba natal para encontrar al asesino de su hijo y cuidar a su nieta, de pocos meses de edad. Se siente desarraigado y fuera de lugar por las continuas críticas de su nuera, que no se mueve del sofá.

A través de una investigación complicada, el autor nos muestra las dos caras de Bilbao: las casas de lujo de banqueros y empresarios y la pobreza de los barrios marginales en los que conviven inmigrantes que intentan empezar de cero, camellos, proxenetas y gente que perdió su trabajo tras la crisis financiera de 2008.

Los supuestos justicieros realmente buscan venganza asesinando a empresarios que se han enriquecido a costa de destrozar la vida a todo aquel que se ha cruzado en su camino. No han tenido escrúpulos y han conseguido escapar de la justicia gubernamental a base de triquiñuelas sugeridas por sus caros abogados.

Las víctimas de sus desmanes apoyan en redes la matanza, porque nada puede compensar todo lo que han perdido más allá del ojo por ojo y diente por diente. Pero quizá, solo quizá, esa justicia que tiñe de sangre las calles de Bilbao oculta algo mucho más enrevesado de lo que parece.

Una novela muy bien narrada, protagonizada por dos hombres que han perdido todo en la vida y que se dejarán el alma para descubrir la verdad. Aunque esta sea más amarga que la hiel.

Ana G. Aranda