Hygge Work

Opinión:

"Cómo encontrar la felicidad en el trabajo y en la vida cotidiana", así se nos presenta esta guía sobre el trabajo, el último libro del autor danés, Meik Wiking (los anteriores versan sobre cómo encontrar la felicidad en las pequeñas cosa, y en el hogar) fundador del Instituto de la Felicidad, con ideas basadas en diferentes ensayos sobre el tema, aunque todo cogido un poco con pinzas por dos razones: 1) lo que cada uno entiende por felicidad es único, y 2) la idiosincrasia cultural y social del país en el que vivimos influye.

Este libro que nos ocupa se centra en que el trabajo puede y debería de ser una "fuente de felicidad". Un poco utopía, ¿no? Sin embargo, si conjugar trabajo y felicidad es complicado, la ecuación de perder el trabajo y felicidad es aún más. La gente que se queda en paro de forma involuntaria se puede decir que casi siempre pierde la felicidad. Es curioso que podemos superar con más rapidez un divorcio o una enfermedad que la situación de desempleo; un impacto negativo que, además, empeora con el tiempo si no le encontramos solución. Ante esta perspectiva, no está de más echar un vistazo a qué, según este autor, nos hace felices en nuestro empleo y qué factores tienen un impacto positivo para, al menos, estar lo más lejos posible de la situación anterior. Porque, si tu trabajo te hace feliz, es probable que seas feliz en general. Vamos a verlo. Las claves principales para estar cerca de un trabajo feliz son:

1) El sentido del propósito: preguntarnos por qué trabajamos en donde lo hacemos (obviamente, aparte de para llegar a fin de mes). Hace poco leí una afirmación del psiquiatra Enrique Rojas que decía "una persona feliz es la que ha sabido diseñar un proyecto de vida coherente", y es que identificar el trabajo que más encaja con cada uno es más importante de lo que pensamos, aunque no es tarea fácil. En el último libro de Javier Urra, "La vida íntima", se dice que "solo el 13% de las personas trabajan por vocación. Asumen sus funciones porque se sienten verdaderamente comprometidas con ellas, les encanta lo que hacen, aprecian que su trayectoria va en el sentido correcto, en el que han elegido". El 87% restante, entre las que me incluyo, deberíamos hacernos estas dos preguntas: ¿qué me apasiona?, ¿qué me motiva cada día? Tener un plan de vida parece que da una hoja de ruta para superar obstáculos.

2) Ser flexible, confiar: en la práctica, al confiar en el trabajo que hacen los demás nos permite preocuparte menos y relajarnos más; debemos confiar en que los demás también saben hacer las cosas. Pero, la confianza es algo recíproco. Nosotros debemos ocuparnos también en ser dignos de confianza, que la gente confíe en nosotros. Es conveniente tener buenas relaciones, incluso amigos en el trabajo puesto que pasamos más tiempo con ellos al día que con nuestra familia; y, a mejores relaciones, más implicación. Y para los "de arriba" también hay lo suyo: mostrar interés en las opiniones de los subordinados. Si puedes permitirte el lujo, evita a los jefes tóxicos, pues se dice que "los directivos tienen tanto impacto en la salud mental como sus parejas". Si alguien está buscando trabajo, dentro se dan pistas para detectar si el que te está entrevistando es un buen jefe, de forma que una entrevista de trabajo no debes ser tú el único evaluado, sino que debemos evaluar a quién podría ser nuestro próximo jefe y saber si nos conviene.

3) La búsqueda de la libertad: desde poder elegir el trabajo y dónde, hasta poder decidir con qué tarea ponernos a continuación. Tener autonomía en el trabajo, sentir que progresamos en las tareas que ejercemos, sentir que avanzamos, levanta el ánimo. En este bloque se habla de tener un "fondo de libertad": un colchón/ahorros que te permitan dejar un trabajo en el que no estás a gusto, o que funcione como un seguro en caso de ser despedido, e incluyen hasta 13 formas de incrementar nuestros ahorros.

4) El mito de la conciliación entre trabajo y vida personal: en donde se entra en la posibilidad en positivo de la semana laboral de 4 días, experimento que ya se ha llevado a cabo en España y visto como "tan favorable" por el empleado y tan "imposible" por el empresario. Proporciona ideas para ajustarse dentro y fuera del trabajo porque ambas facetas deben estar equilibradas para que entren en conciliación. Y algo importante: "aceptar las diferentes épocas" pues durante el año atravesamos rachas llenas de trabajo con otras más valle.

5) La urgencia de redefinir la idea de éxito: nos obcecamos con querer más y perdemos de vista lo importante. Debemos definir bien qué es importante para nosotros. Algunos puede que necesiten salarios muy altos para llevar el tren de vida que les conduce a "su" felicidad, pero, a lo mejor compensa no tener tanto y sí tener más tiempo libre. Está claro que el dinero sí importa para ser feliz. Yo digo que el dinero no da la felicidad, pero el no tenerlo te la quita. Se dice que, una vez que nuestras necesidades básicas y la de los nuestros están cubiertas, tener más dinero no da más felicidad. "Todo el mundo debería ser rico y famoso, y hacer todo lo que siempre ha soñado para darse cuenta de que no es la solución". El dinero influye en nuestra satisfacción vital, y quién diga lo contrario miente, pero no debe utilizarse como vara de medir el éxito. Aquí entra en juego la importancia de la autoestima incluso sobre nuestro trabajo, pues sentir que uno es bueno en lo que hace, es importante."Busca ser una persona de valía en vez de éxito".

Y, 6) El futuro del bienestar laboral: qué nos depararán los avances de la tecnología, o unos empleos que cada vez se vuelven más exigentes; quizá necesitemos rediseñar nuestra forma de trabajar y se habla de una palabra que empieza con "s" que es necesario introducir en los lugares de trabajo (es un juego de palabras puesto que en inglés éxito empieza con "s": success). Se refiere a: sentimientos. Más interés en los sentimientos y menos en rendimiento. Trabajamos con personas y cada uno de nosotros estamos librando una lucha todos los días, seamos comprensivos; cada uno debe tomar su parte de responsabilidad en la satisfacción laboral de sus compañeros, al menos en lo que a trato se refiere. Esto es la regla de los tres metros, desarrollada en el capítulo. 

En definitiva, un compendio de reflexiones para incorporar a nuestra rutina más cosas con las que disfrutar. Está claro que ninguna profesión es perfecta, y todos tenemos días malos y tareas poco gratificantes. Pero la mayoría necesitamos trabajar para llegar a fin de mes, y cada uno de nosotros tenemos la obligación de poner todo en el asador para que el trabajo nos sea rentable desde el punto de vista de nuestro bienestar. Y, si no lo es, quizá sea el momento de intentar "cambiar de trabajo" o ser autónomo, pues también dicen que son más felices que los trabajadores por cuenta ajena. Y, mientras tanto, o no estamos todavía preparados para hacerlo, busquemos otras áreas de nuestra vida en las que poder hallar ese bienestar: estar con la familia, buscar un hobby, ser voluntario, etc. Al menos tratemos de mantener el enfoque en lo que realmente nos importa. 

Un libro entretenido, con un aura positiva, donde encontramos al final de cada bloque los "Deberes para ser más felices", pues puede que los únicos responsables de nuestra felicidad seamos nosotros.

(*Aviso a la Editorial: el texto resulta complicado de leer; el tamaño de la fuente es excesivamente pequeño y no se disfruta como debería. Debería estar impreso en un formato más grande).

Belén Flores