Anika entre libros

Homicidio

Ficha realizada por: Jorge Borondo,Violeta Lila
Homicidio

Título: Homicidio
Título Original: (Homicide, 1991)
Autor: David Simon
Editorial: Principal de los Libros


Copyright:

© David Simon, 1991, 2006
© de Ante Mortem, Richard Price, 2006
© de Caso Cerrado, Terry McLarney, 2006
© de la traducción, Andrés Silva, 2010
© de esta edición, Futurbox Project, S. L., 2024
Fotografia de cubierta: © David Lee/HBO

Traducción: Andrés Silva
Edición: 1ª Edición: Mayo 2024
ISBN: 9788418216909
Tapa: Blanda
Etiquetas: violencia criminales asesinatos asesinos crónica negra género negro historia de Estados Unidos Estados Unidos narrativa literatura estadounidense novela reportaje periodismo años 80 crimen Baltimore policía investigación criminal sangre
Nº de páginas: 654

Argumento:

El escenario es Baltimore. No pasa día sin que algún ciudadano sea apuñalado, apalizado o asesinado a tiros. En el ojo del huracán se encuentra la unidad de homicidios de la ciudad, una pequeña hermandad de hombres que se enfrenta al lado más oscuro de Estados Unidos. David Simon fue el primer periodista en conseguir acceso ilimitado a la unidad de homicidios. La narración sigue a Donald Worden, un inspector veterano en el ocaso de su carrera; a Harry Edgerton, un iconoclasta inspector negro en una unidad mayoritariamente blanca; y a Tom Pellegrini un entusiasta novato que se encarga del caso más complicado del año, la violación y asesinato de una niña de once años. "Homicidio" se convirtió en la aclamada serie de televisión del mismo nombre y sirvió de base para la exitosa The Wire.

 

Opinión:

 

Violeta Lila

"Homicidio", de David Simon, es como leer el argumento de una película policial de los ochenta. Narrado desde dentro de la Fuerza policial, en un Baltimore oscuro, lluvioso y violento, nos lleva junto al autor a recorrer unas calles atestadas de crímenes y muertes, junto a la brigada de Homicidios y sus miembros, durante el transcurso del año, en el que conoceremos todo tipo de casos luctuosos.

El cuerpo de una chica que aparece enterrado bajo una pila de bolsas de basura, en un mugroso callejón. Simon lo analiza como un caso modelo del libro, un caso difícil por lo brutal del estado del cadáver. Pero es el espejo que usa el autor para comparar los patrones de los diferentes asesinos que se pasean por estas páginas.

Una joven destripada sin identificación ni familiares que reclamen el cuerpo. ¿Un caso aislado, o hay otro asesino serial suelto? Son los años ochenta, televisores van a blanco y negro, comisarías donde se fuma y se bebe cerveza, y se usan máquinas de escribir. Es decir, todo se hace de manera analógica, sin ordenadores, y las investigaciones deben seguir un estrecho y concienzudo análisis para poder llegar a buen puerto.

Seguimos la rutina de la brigada de Homicidios de Baltimore, a bordo de un coche policial recorriendo las calles. Sabremos de Donald Worden, un inspector veterano, también conoceremos a Harry Edgerton, un iconoclasta inspector negro en una unidad mayoritariamente blanca; y a Tom Pellegrini un entusiasta novato que se encargara del caso más complicado del año.

El libro se lee en forma de episodios cortos que van formando una unidad, utilizando los casos particulares para informarnos sobre el sistema penal de Baltimore, sus orígenes históricos, sus jueces, al igual que del Departamento de Policía y sus miembros. La irrupción del mercado de las drogas en los sesenta y setenta lo cambió todo, y los funcionarios debieron entonces adecuarse a una realidad desconocida que pronto inundaría las calles en una oleada de violencia y muerte, de guerra de bandas por el control del territorio.

Simon viajaba codo a codo con los agentes que se metían en los pisos, grababa las redadas en los narcopisos, e incluso trabajaba junto a los forenses en busca de pistas en cadáveres todavía calientes. Él fue el primer periodista en conseguir acceso ilimitado a la unidad de homicidios de Baltimore.

Como si leyéramos una buena novela negra de Hammett o Chandler, tenemos por ejemplo, el caso de la mujer fatal o viuda negra, una "dama" bastante licenciosa que se dedica a embaucar a desprevenidos, para luego envenenarlos y quedarse con sus pertenencias, o casarse para asesinarlos y cobrar el seguro. También, una tarotista que chantajea a su amante con echarle una maldición vudú... Hay capítulos verdaderamente desopilantes. Conflictos vecinales, por despecho, que se resuelven a los tiros, y la brigada de Homicidios llega demasiado tarde, para hallar al asesino encerrado en su coche, con un tiro en la sien... Por momentos, las descripciones pueden ser bastante gráficas, pero el autor usa unas dosis de humor negro que ayudaron a dar un balance en estos capítulos más duros.

David Simon ha sido el creador y guionista de la serie de HBO The Wire, y no extraña que aquí repita el éxito de aquel clásico. Prosa concisa y seductora, el libro es extenso pero jamás se nos hará largo. Leeremos sobre un extraño estrangulamiento, el cuerpo de un niño, un caso de los más difíciles por su crudeza, y los avatares por los que tienen que pasar los miembros de la Fuerza. Al final, todo se reduce a aguantar, a través de diferentes estímulos, la realidad de una ciudad en la que todos los días llueve sangre.

La radiografía de un país, por otro lado, marcado por el abuso de las armas de fuego, la ley de la jungla, y la ardua e incesante tarea de estos héroes para llevar justicia a las víctimas. Una lectura completa e imprescindible para cualquier fanático del género negro.

Un diez redondo.

 

Violeta Lila

 

SOMBRA

 

Jorge Borondo

"Homicidio" es un libro especial. No es una novela de ficción, aunque al leerlo tenga apariencia de thriller. No tiene un principio, un desarrollo y un final propiamente dicho, pues se basa en la realidad y como tal, se centra en un año en la Brigada de Homicidios de Baltimore, con todo tipo de casos diferentes. Estamos hablando de dos turnos diarios, cada turno cuenta con tres unidades, y a su vez, cada unidad cuenta con seis investigadores. Por supuesto, cada investigador no lleva un único caso, lleva varios casos abiertos, algunos de ellos compartidos con otros investigadores. Pensad la cantidad de casos que se cuentan aquí. Y sin embargo y sorprendentemente, el lector nunca se pierde, aunque pase de una unidad a otra, de un caso de una niña asesinada sin testigos a un policía al que dejan ciego de un disparo; del posible asesinato provocado por un agente de policía al brutal apuñalamiento de una mujer en su domicilio. Esto se debe a la sencillez, a la agilidad y al humor que utiliza David Simon, que registra con la objetividad de un periodista y la maestría de un escritor. Porque son 700 páginas repletas de nombres, declaraciones, pruebas, estadísticas, casos sin resolver… pero sobre todo de intrahistorias, de historias personales, de preocupaciones, de rivalidades, de meteduras de pata, de la dificultad de averiguar la autoría de un asesinato cuando no hay testigos, ni escena del crimen, ni móvil aparente. Olvidaros de todo lo que se cuenta en CSI o series similares. Los policías de verdad no cuentan con alta tecnología, ni resuelven los casos en 45 minutos. La labor de los técnicos de laboratorio no es tan decisiva. La realidad es mucho más lenta y tediosa. Puedes pasarte varios días sin dormir, peinando la zona una y otra vez donde se encontró el cadáver y aun así no avanzar ni un ápice. Porque la gente no colabora. Porque todos mienten, desde el asesino al testigo, y el investigador tendrá que hacer mucho más que preguntas para lograr su objetivo. Y eso si la burocracia se lo permite.

David Simon es un espectador de excepción que nos cuenta el día a día de la brigada de homicidios sin intervenir, como si fuera un testigo invisible. En el epílogo del libro, el por entonces inspector jefe y hoy Teniente Terrence McLarney cuenta que los inspectores sólo al principio se daban cuenta de que David Simon estaba allí, después estaban demasiado ocupados con los casos para fijarse en él.

A lo largo de 700 páginas nos identificaremos o le cogeremos manía a personas reales a los que llegamos a conocer, como  los inspectores jefe Jay Landsman (como el personaje de The Wire), el propio Terry McLarney o Roger Nolan, el Teniente Gary D´Addario o sobre todo los inspectores: Donald Worden, Rick James, Edgerton, Kincaid, Garvey, Tom Pellegrini, Fred Cerutti… Sin olvidar a las víctimas y a los acusados, sus familiares, los testigos, etc.

Con una narración que engancha al lector desde la primera línea, y que no soltará hasta el final, "Homicidio" es una auténtica obra maestra (como diría Martin Amis), un fiel retrato de una realidad que nunca se había contado de esta manera, con tanto detalle y sin idealismo, un thriller repleto de humanidad. Un libro sorprendente y fascinante que no sólo el fanático de The Wire disfrutará. Por supuesto, los fans de McNulty ya tardan en leerlo.

Una vez leído, seguro que verás con otros ojos todas las series y películas policíacas. Porque lo que aquí se cuenta es de verdad.

 

Jorge Borondo

 

 

 

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