Historia ilustrada de los ovnis

Opinión:

Hace ya muchos años que decir OVNI no suena tan despectivo como quisieron hacer muchos en una época de descreimiento, precisamente después de hartarnos todos a decir que OVNI significaba objeto volador no identificado, y no necesariamente nave espacial pilotada por extraterrestres. No obstante tenemos el planeta lleno

Lo mejor de este tipo de libros especiales es que si tienen mucha demanda siempre pueden volver a editarse, porque con el tiempo acaban convirtiéndose en libros de culto.

De momento y para quien se lo haya perdido, ahí van unos datos.

Tras el prólogo, que cuenta con varios capítulos dedicados a los primeros visitantes -cuanto más nos acercamos al mundo cuántico más se dice que se trataban de visitantes del futuro (o sea, nosotros mismos o aquello en lo que nos convertiremos)-, comienzan las partes desglosadas por años: años 40, años 50, años 60, años 70, años 80, años 90 y siglo XXI. Finaliza con un glosario, aportaciones para leer más y un índice.

Bien, después de bastante tiempo en el que se volvía a convertir en burla cualquier alusión a los ovnis -ahora que hay móviles por qué no aparecen- resulta que estamos en una época en la que sí están apareciendo muchos objetos voladores no identificados, algunos incluso mostrados por la propia NASA. Claro que pueden acabar demostrándose que algunos eran trozos de algo que venía del espacio, globos, fenómenos lumínicos naturales, etc, pero algunos, no todos. Y cada vez hay menos miedo de hablar porque hay profesionales que tratan con respeto estos temas. ¡Por suerte!

La ufología ha mostrado distintos tipos de naves y hay varias páginas que muestran sus formas habituales mediante dibujos sencillos.

La ufología da pie también a especulaciones pero aparte de Roswell (por poner el ejemplo que pareció iniciar el boom por los ovnis y pasar de la ficción literaria a las experiencias personales y filtraciones de lugares como el Área 51 o la NASA) y algunos testimonios en otros países además de los Estados Unidos, que siempre defendieron la existencia del mundo extraterrestre por tener testimonios de primera mano que no ganaban nada contándolo, ha habido ocasiones en las que había decenas de personas viendo el mismo fenómeno aeroespacial (de hecho yo epsnaba en el caso de la escuela Ariel de Zimbaue, y aquí aparece); siempre inexplicable al ojo humano cuando se trataba de los movimientos del platillo o terrorífico en la mayoría de las ocasiones cuando se trataba de secuestros (abducciones). Algunos hablaron y fueron sometidos a mucha presión -y se arrepintieron de haber hablado por ello-, pero otros callaron porque no querían ser señalados con el dedo. No obstante cada vez se desclasifican más documentos y cada vez salen más casos contados en primera persona.

Este libro lo contiene (casi) todo. Antes de los ovnis nos muestra lo que los amantes del misterio conocemos en cuestión de arte, escultura y arquitectura (pirámides, líneas de Nazca, grabados aztecas, esculturas de la antigüedad y arte rupestre, menhires, etc.). Toda esta parte es la que Erich von Däniken -seguro que lo sabéis como yo- propuso como enseñanzas de visitantes del espacio para el hombre que vivía entonces en la Tierra. Dioses que llegaron, enseñaron, ayudaron, educaron y se fueron.

El libro está lleno de pequeñas anécdotas, como los conocidos niños verdes de Woolpit, Inglaterra, o los fuegos fatuos (no de cementerio sino de pantanos), las ciudades espejo, los contactistas, los montajes sobrenaturales… incluso sale Aleister Crowley o la ouija como medio de contacto con los extraterrestres. Claro que la mayor parte de estos fenómenos con el tiempo se han descubierto como efectos de causas naturales (esas ciudades que aparecen y desparecen como San Borondón acabaron siendo espejismos, los fuegos fatuos, gases, etc.) pero hay otros que siguen dando que hablar, como los niños verdes. Luego están los Foo Fighters, que no son precisamente fuegos fatuos, si no bolas iluminadas que acompañaban a los aviones en altos vuelos. Hoy día, además, con tanta tecnología punta y desde hace años incluso tanta investigación es más que posible que muchas de las cosas extrañas que veamos se traten de cosas que no identificamos nosotros, pero que los gobiernos o las áreas federales o gubernamentales dedicadas a ello -tema militar especialmente- sí conozcan. En el siglo IXX quién iba a saber qué era un dron.

Lo único que tenemos claro es que se lleva mucho tiempo hablando de la tecnología inversa: se conoce tanto (y por ello se podrían hacer pruebas con objetos extraños) porque al no saber cómo hacer aquello que llegó del cielo -ahora sí, hablamos de naves espaciales- se dedicaron a la tecnología inversa, sacar de esas naves sus particularidades para crear nuestra propias naves.

Lo que me ha gustado de este libro también es que igual que recoge lo que podría ser ufología pura, es capaz de incluir (y así lo hace especial) temas comoLa guerra de los mundos que se creó radiofónicamente hablando con la idea de entretener a los oyentes y acabó con histeria colectiva al pensar que era real la invasión extraterrestre (Orson Welles tuvo que disculparse, y hay otra versión similar de una broma realizada en Radio Quito que también acabó con histeria colectiva).

Es obvio que aquí salen temas misteriosos como el Triángulo de las Bermudas, pero si hay uno que nunca dejará de intrigarme es el de los hombres de negro, ya que incluso en España tenemos casos de hombres de negro que aparecieron después de un avistamiento ovni, y luego los testimonios nunca quisieron hablar.

Igual me lo he saltado por ir muy deprisa pero no me ha parecido ver ninguna alusión a "Ami, el niño de las estrellas" de Enrique Barrios, o "Yo visité Ganídemes" de Yosip Ibrahim -ambos fueron auténticos booms en el mundo literario sobre libros basados en hechos y experiencias reales (a mí me impactó leer el final de Ibrahim) fueron impactantes y son imprescindibles en la literatura extraterrestre. Tenéis reseñas de ambos libros en la web. También me ha sorprendido, por otro lado, que aparezcan aquí las proyecciones proféticas, el Bigfoot o el MK Ultra -aunque este no tanto, que ahí flipaban mucho-.

Por suerte sí aparece el abducido Antònio Vilas-Boas, el matrimonio Hill, los grises, las sectas que rinden culto a los ovnis (al respecto de esto último, cuando hacía la web de La casa de Kruela colaboraba conmigo el ufólogo boricua Reinaldo Ríos, que proponía crear el Día Internacional del Contacto, convertir a Puerto Rico en base para aterrizaje y me enviaba fotos y artículos sobre sus encuentros cercanos -Rios asegura haber tenido contacto con tres entidades extraterrestres- e incluso me mostró el Templo de los Extraterrestres)…

En fin, si os parece larga esta reseña imaginad que tan solo os he contado algunas cosas porque el libro está llenito de anécdotas divulgativas -eso sí, recogiditas, no es una enciclopedia- y pasa por todo tipo de hechos como los crop circles, la experiencia de Whitley Strieber (autor de "Communion"), también el caso de Travis Walton (la película de "Fire in the sky" / Fuego en el cielo, basada en su caso es la que más terror me dio siempre), la enorme concentración de la convención de Giant Rock, la comisión de estudios OVNI, abducciones extraterrestres, reptilianos...

Lo que daría yo ahora mismo por una enciclopedia ilustrada ovni donde el caso Manises no fuera un huequito con una pequeña ilustración (como otros tantos)… pero de momento me conformo con esta "Historia ilustrada de los OVNIS" que va de maravilla para sentarse ratos a leerla y disfrutar con la lectura de cosas que no están en nuestra rutina.

Anika Lillo