Historia del cálculo

Opinión:

La historia de la Humanidad tiene muchas facetas y una es el del desarrollo de la tecnología, en el sentido más amplio, para resolver cuestiones numéricas, en una demostración clara de hasta dónde puede llegar la inventiva cuando hay una necesidad importante.

Este libro es un completo recorrido por la enorme variedad de accesorios, mecanismos e instrumentos que se han llegado a utilizar para hacer cálculos desde la Antigüedad.

Por sus páginas desfilan desde ábacos hasta los primeros ordenadores, en una línea continua de progreso y de capacidad numérica que sigue abierta en la actualidad.

Cada capítulo, que puede estar dividido en subcapítulos, explica un grupo homogéneo de esos instrumentos, dentro del cual puede haber bastantes variaciones, como sería el caso del ábaco, que es el que abre el libro.

Lo cierto es que no me imaginaba las diferentes formas que ha adoptado en las culturas que lo han utilizado, entre las que están China, Japón, Grecia, Roma, Mesopotamia o Babilonia.

A partir de ahí, siguen apareciendo instrumentos más o menos sofisticados a la par que se avanzaba en el conocimiento matemático. Sin ánimo exhaustivo, puedo citar también mesas de cálculo, astrolabios, compases, maquinas sumadoras, cronómetros de marina, máquinas multiplicadoras o integradores.

También están presente los matemáticos que han sido fundamentales en el desarrollo del cálculo numérico, entre los que están Pascal, Leibniz, Napier, Fibonacci, además de otros muchos; a la vez que también están incluidos ingenieros como Torres Quevedo.

Hacia el final hay una explicación del funcionamiento de algunos instrumentos y también cómo se efectúan algunos cálculos, como la fecha de Pascua o los logaritmos decimales.

Para mí, "Historia del cálculo" ha sido como una visita a un museo, que me he extasiado con las historias que leía y con todos los artilugios que contemplaba, por más que algunas veces lo que se explicaba era superior a mi propia capacidad. Aun así, algo se me habrá quedado porque este libro también es buenísimo en el aspecto didáctico.

Selin